Mariano Rajoy anunció ayer que, si preside el Gobierno, su mayor reto será blindar "la cohesión, la solidaridad y la igualdad entre los españoles de todos los territorios". Con la unidad nacional por bandera, el candidato del PP a la Moncloa desveló en Córdoba su primera promesa electoral: impulsar una reforma de las administraciones que permita cohesionar España.

24 horas después de que José María Aznar anunciara que las elecciones generales serán el 14 de marzo, el secretario general del PP evidenció su propósito de erigirse ante los votantes como el único garante de la unidad de España. Lo hizo en una reunión de cargos municipales de su partido, a los que adelantó el primer apartado de su programa electoral e instruyó sobre los catastróficos efectos que a su juicio tendría una victoria electoral del candidato del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusó de pretender poner el país "patas arriba".

AUTONOMIAS Y AYUNTAMIENTOS Rajoy adelantó que, de llegar a la Moncloa, ofrecerá un gran pacto de Estado sobre la reforma administrativa al PSOE, el resto de grupos parlamentarios, los agentes sociales, las comunidades y los ayuntamientos.

Esta modernización del aparato estatal, autonómico y local debería servir, explicó, para "facilitar a los ciudadanos unos servicios públicos de calidad" y garantizar su "igualdad real y efectiva con independencia del lugar donde residan". Frente a la pretensión de algunas comunidades de mejorar la cobertura social de sus pensionistas, el líder del PP alertó de que la "esencia del Estado", y por tanto la principal obligación del Gobierno central, es precisamente luchar por la "igualdad de los ciudadanos" en todos los territorios.

Pero muy poco, casi nada, concretó sobre los ejes de ese pacto de Estado. Sólo citó un futuro estatuto de la función pública; la movilidad de los funcionarios entre las tres administraciones, que el Ejecutivo ya ha empezado a promover; y la "segunda descentralización", la cesión de competencias autonómicas "en favor de los ayuntamientos".

Rajoy acusó al PSOE, no obstante, de "dividir por 17 autonomías" todas las instituciones del Estado. Pero se cuidó muy mucho de entrar en detalles, consciente de que el popular Josep Piqué incluyó en su programa de las catalanas una propuesta similar a la del PSOE: "Crear la Agencia de gestión de tributos de la Generalitat, con funciones de gestión, recaudación e inspección de los tributos propios y los cedidos".