La salida de las tropas españolas de Irak, ordenada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, causó la muerte de 12 insurgentes iraquís, según declaró a este diario el general José Manuel Muñoz, jefe del Contingente de Apoyo al Repliegue. Los soldados tuvieron que hacer frente a "fuego de fusilería y mortero, varias emboscadas y varios coches bomba", afirmó Muñoz. Sólo el sargento primero Francisco Javier Cubero resultó herido en la operación, que duró 45 días y que era considerada por los mandos militares españoles como de "alto riesgo".

"MISION COMPLEJA" Muñoz, general jefe de la Brigada de la Legión, declaró que fue una "misión complicada y compleja" y subrayó la profesionalidad de sus soldados: "Me decían que se parecían a unas maniobras. Eso significa que están preparados para reaccionar automáticamente a cualquier agresión".

El general explicó, durante unos ejercicios en el campo de maniobras de San Gregorio (Zaragoza), que a la salida de los soldados recogieron la docena de "bajas" iraquís y que atendieron a todos los rebeldes que resultaron heridos. También hicieron prisioneros a varios insurgentes, que dejaron en manos de las fuerzas de la coalición antes de abandonar el país árabe.

En total, hasta su llegada a Kuwait, los militares españoles tuvieron que recorrer un total de 500 kilómetros. El repliegue, denominado operación Jenofonte, supuso retirar a 1.300 militares: 1.100 en Base España, en Diwaniya, y 200 en Base Al Andalus, en Nayaf, una ciudad que, cuando los soldados españoles se retiraron (el pasado 27 de abril), vivía la primera gran rebelión shií, liderada por el clérigo rebelde Moktada al Sadr.

Sólo el primer día en el que los militares estadounidenses relevaron a los españoles, "64 combatientes" iraquís perecieron, informaron entonces portavoces del Ejército estadounidense. De hecho, los principales ataques con RPG y emboscadas a los que tuvieron que hacer frente los militares españoles se concentraron en los alrededores de la ciudad santa de Nayaf. De Diwaniya a Kuwait, puntualizó el general Muñoz, "hubo un muerto, heridos y prisioneros".

Tanto el general de División Bernardo Alvarez del Manzano, jefe de la Fuerza de Acción Rápida (FAR), de la que depende la Legión, como Muñoz mostraron su satisfacción porque ninguna de las muertes de soldados españoles en Irak se produjo en las acciones militares. En total, la presencia española en el país árabe ha costado la vida a 10 militares (entre ellos, los siete miembros del Centro Nacional de Inteligencia), un guardia civil y dos periodistas.