El debate sobre el método de elección del nuevo secretario general del PSOE es imparable. En principio, el congreso extraordinario de los próximos 19 y 20 de julio iba a ser ortodoxo. Es decir, que los delegados, más o menos controlados por los aparatos territoriales, se encargarían de nombrar al líder. Pero las expectativas creadas de una amplia participación, a través de unas primarias que por el momento han quedado aparcadas, han provocado que varios barones e importantes dirigentes reclamen que esta vez sean los militantes quienes tengan voto en este proceso.

Lo piden el líder extremeño, Guillermo Fernández Vara, y el manchego, Emiliano García-Page. Lo pide Eduardo Madina, favorito hasta ahora para las primarias, quien este miércoles ha dicho que estudiará presentarse al congreso si los afiliados eligen directamente al secretario general. Y tampoco se oponen federaciones como Galicia, Euskadi y Asturias. El clamor ha adquirido tal tamaño que los todopoderosos socialistas andaluces, que se oponían a esta fórmula, dicen ahora que no la ven con malos ojos. Así que Alfredo Pérez Rubalcaba, todavía líder, ha comenzado a hablar con todos los territorios para explorar esta vía, según fuentes de la dirección del PSOE.

Puede que quienes aseguren estar a favor de la elección directa lo digan para no aparecer señalados como los responsables de hurtar esta votación a las bases, o puede que lo crean de verdad. En cualquier caso, la discusión se ha abierto con fuerza. "Es un asunto relevante y pertinente", señalan en la cúpula socialista, donde se recuerda que la discusión "ya se produjo en la última conferencia política del PSOE, en la que la ejecutiva defendió la elección directa del secretario general por parte de militantes, aunque se decidió aplazar la decisión definitiva hasta el próximo congreso del partido".

La convocatoria del comité federal

Sin embargo, para llevar a cabo este cambio habría que reunir antes al comité federal, que es el máximo órgano del partido entre congresos. Hasta ayer, la dirección socialista descartaba esta convocatoria. Pero ahora ha cambiado el enfoque. El tiempo apremia. Solo queda un mes y medio para el cónclave, motivado por las elecciones europeas, en las que el PSOE cosechó el peor resultado de su historia: 23% de votos y 14 escaños. "El debate se resolverá en los próximos días", aseguran en la dirección socialista.