Dos días después de su elección, el nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, se enfrenta a los efectos de su primera decisión polémica: la de imponer a los eurodiputados socialistas españoles el voto en contra del conservador luxemburgués Jean-Claude Juncker como próximo presidente de la Comisión Europea. Con ella Sánchez ha demostrado que, si tiene ataduras, no son ni con el PP, ni con las decisiones tomadas en su partido de espaldas a los militantes, han asegurado a Efe sus seguidores.

La decisión le sitúa frente a la todavía número dos del PSOE, Elena Valenciano, y a los que como ella defendían hasta hace unos días que era bueno apoyar al candidato del Partido Popular Europeo (PPE) a cambio de concesiones económicas que beneficiarían a los ciudadanos. El propio Ramón Jáuregui aseguraba esta mañana que "no es una decisión fácil" y que el grupo socialista europeo "tiene razones" para votar a favor de Juncker. Alertaba además de que al votar en contra del candidato conservador, los socialistas españoles coincidían con euroescépticos como el líder del partido populista UKIP del Reino Unido, Nigel Farage, o la francesa Marine Le Pen, con los que no les "gusta coincidir".

Sánchez, sin embargo, ha hecho gala en las últimas dos semanas como aspirante a secretario general de que, si ganaba, haría lo posible por que los socialistas españoles no apoyaran al "candidato de la derecha", al representante de las "políticas de austericidio" contra las que han pedido el voto en las elecciones. Así se lo demandaban las bases, las juventudes de su partido y buena parte de los barones territoriales, que hoy han aplaudido la decisión. "Puestos a ser coherentes, cuando hay coherencias que se contradicen unas a otras es mejor ser coherentes con la palabra dada a los ciudadanos", ha defendido el castellanomanchego Emiliano García-Page al término de su reunión con Sánchez en Ferraz.

También el madrileño Tomás Gómez ha apoyado al cien por cien" la primera decisión polémica de Sánchez, convencido de que hubiera sido una "locura" actuar justo en contra de lo que han estado defendiendo durante la campaña electoral. El no a Juncker que ha arañado las piezas del puzzle socialista ha dado pie al PP para señalar a Sánchez como un inexperto y populista, que al europarlamentario popular Esteban González Pons le recuerda a los "inicios de Zapatero".

Según Pons, el pacto para apoyar a Juncker estaba "escrito", por lo que con Sánchez los socialistas demuestran que no tienen palabra, además de alinearse con los antieuropeos de extrema derecha y de extrema izquierda. También el jefe de la delegación española del PP en la Eurocámara, Miguel Arias Cañete, ha abundado en que votar en contra de Juncker es situarse "al lado de los euroescépticos, de los eurófobos y de la extrema derecha francesa".