ETA parece decidida a fastidiar el puente. Sus artefactos no causaron víctimas de consideración, pero sí suscitaron desazón en muchos ciudadanos que disfrutaban de un día festivo. La banda está utilizando una estrategia para atemorizar que, tradicionalmente, había empleado en periodos de vacaciones, con el fin de afectar al turismo.

La Explanada de España y el paseo Conde de Vallellano de Alicante estaban "a tope", explicaba ayer una pareja de mediana edad que presenció la explosión registrada a las 13.31 horas. "Había niños pequeños, parejas con cochecitos de bebé y los nervios es lo primero que aflora en estos casos. Hemos visto a gente llorando", explicaron. El matrimonio, que vive en la zona desde hace dos años, aseguró que la policía apenas tardó dos minutos en desalojar el lugar.

El paseo Conde de Vallellano estaba repleto de sillas de madera, antes ocupadas por ancianos tomando el sol, y por turistas y vecinos. Los numerosos vendedores ambulantes recogieron en un santiamén del suelo las mantas con discos, gafas y películas.

A la misma hora, en el llamado paseo de los Curas de Málaga, una zona de parque perpendicular al paseo de España, a pocos metros del ayuntamiento, explotaba otro artefacto de ETA. Estaba colocado en un anfiteatro dedicado a recitales y actuaciones al aire libre. El buen tiempo propició que cientos de personas pasearan por la zona, incluidos muchos niños.

Sin embargo, el desalojo en este caso fue, si cabe, más rápido. De hecho, comenzó antes del aviso de ETA, ya que se estaba acordonando la zona para el paso de una marcha antiglobalización. Muchos ni siquiera oyeron la detonación, acallada por los gritos y consignas de la protesta. El cordón de seguridad fue levantado sobre las 15 horas, una vez que las fuerzas de seguridad se cercioraron de que no existía un segundo artefacto.

Si en Málaga ETA apenas logró alterar la vida cotidiana de la ciudad, los vecinos de Santillana del Mar vieron cómo la banda se cebaba en ellos y sus visitantes. El pasado verano, esa localidad de Cantabria ya sufrió la macabra campaña veraniega de ETA. Esta vez, una niña fue alcanzada en las piernas por las astillas de un quiosco de madera. La bomba estalló en la plaza del Rey, en el casco urbano, hiriendo de forma leve a varias personas. La zona, muy concurrida, no había sido acordonada porque el aviso de ETA indicaba que el artefacto estallaría en el párking del zoo, a 500 metros del lugar donde finalmente explotó.