LOS SOCIOS del Gobierno catalán (PSC, ERC e ICV) se han conjurado para que sus discrepancias no salgan a la luz y evitar, así, proporcionar munición a la oposición. Pasqual Maragall dio por zanjado el desencuentro y trasladó a los cuadros del partido la voluntad de sus socios de cerrar filas. Por su parte, Josep Antoni Duran Lleida se comprometió ayer a priorizar el nuevo Estatuto catalán como futuro jefe de filas de CiU en el Congreso.