Los colegios privados suelen tener buenos recursos financieros, por lo que los estudiantes acceden a un amplio y moderno equipamiento, tanto en sus instalaciones exteriores (pistas de atletismo, piscina, canchas de baloncesto) como en la propia aula (tablet multimedia de última generación en lugar de libros de texto). Esto familiariza a los estudiantes desde pequeños con el uso de los nuevos dispositivos y facilita la labor de los profesores tanto para corregir su trabajo como para proporcionar un seguimiento más personalizado al alumno.

Quienes buscan una mayor atención para los estudiantes destacan la ventaja que supone el que las aulas no estén masificadas, es decir, que haya un menor ratio de alumnos por clase que en la enseñanza pública. Esto permite un mayor conocimiento por parte de los profesores hacia el alumno, lo cual les permitirá poder conocerlos mejor y saber qué necesitan o cómo pueden ayudar en cada momento. Hay situaciones clave, como la elección de itinerarios en bachillerato o determinadas asignaturas que se atienden mejor en este contexto.