La resistencia iraquí volvió ayer a hacer uso de un kamikaze para atacar un cuartel de las fuerzas de seguridad iraquís. Esta vez, el suicida hizo estallar el vehículo lleno de explosivos contra un puesto de la Guardia Nacional en la ciudad de Kirkuk, 250 kilómetros al norte de Bagdad, y causó 23 muertos y cerca de 70 heridos. En Faluya, los aviones norteamericanos volvieron a lanzar sus bombas contra presuntos reductos de la insurgencia y mataron a cinco personas. En Bagdad, dos guardias nacionales iraquís y dos soldados estadounidenses perdieron la vida, mientras que otros 13 militares resultaron heridos, en dos ataques de la resistencia.

La explosión en Kirkuk se produjo en el momento en que un buen número de aspirantes a agentes se congregaban en la entrada del cuartel de la Guardia Nacional, a la espera de conocer los resultados de las pruebas físicas para poder acceder al cuerpo policial. Algunos testigos afirmaron que guardias que custodiaban el centro policial dispararon contra el conductor del vehículo antes de que éste saltara por los aires. Fuentes del Gobierno iraquí elevaron a 23 el número total de fallecidos y en 65 los heridos.

TERCER ATENTADO El de ayer es el tercer atentado con explosivos que la resistencia lanza esta semana contra policías iraquís, a los que acusa de colaboracionistas. El viernes, ocho uniformados murieron en otro ataque suicida contra un control policial en una calle de Bagdad, mientras que el martes, la explosión de otro coche bomba dirigido contra una comisaría del centro de la capital acabó con la vida de 50 personas.

El Ejército norteamericano considera que los continuos ataques contra cuarteles de policía muestran que la resistencia se ha dado cuenta de que las fuerzas de seguridad están cada vez más preparadas, según admitió ayer un alto mando militar. Dentro del esfuerzo para desarrollar unas fuerzas de seguridad fuertes, capaces de asumir el control en muchas zonas del país antes de las elecciones de enero, la Guardia Nacional iraquí se ha convertido en la baza principal de EEUU. Muchos de los nuevos policías son desocupados en busca de empleo.

Paralelamente, en Mosul, la otra gran ciudad del norte iraquí, cinco guardaespaldas de un responsable petrolero iraquí resultaron muertos en una emboscada tendida por desconocidos, mientras que en Baquba, 11 personas resultaron heridas por el disparo de un obús de mortero contra una escuela.

Horas antes del atentado suicida de Kirkuk, un nuevo ataque aéreo estadounidense mató a cinco personas en Faluya, según datos de las autoridades iraquís. "Un avión sobrevoló a última hora de anoche un barrio del centro urbano y después se oyó una explosión. Enseguida recibimos tres cuerpos. Uno de ellos era el de un niño", dijo un médico del Hospital General de Faluya.

En Bagdad, un ataque con explosivos contra un convoy militar norteamericano mató a dos iraquís e hirió a cinco soldados, mientras que una persona murió y dos resultaron heridas en otra explosión registrada en una pequeña calle del centro.