"También te pueden matar en el centro de Varsovia", respondía siempre el polaco Waldemar Milewicz cuando alguien le mostraba su incomprensión por haber elegido ser reportero de guerra. La contestación resonaba ayer en todas las salas de estar de Polonia, el país que ha perdido a su periodista estrella. Milewicz, de 47 años, murió ayer en una emboscada en Latifiya (sur de Bagdad), en la zona donde también fallecieron en noviembre los siete espías españoles. En el ataque también falleció su montador, el polaco de origen argelino Munir Buamrane, de 36. El cámara y el guía iraquí resultaron ilesos.

Los periodistas trabajaban para la televisión pública polaca TVP, de la que Milewicz era su rostro más conocido. Empezó en la TVP en 1984. Como enviado especial, se estrenó en la cobertura de la independencia de Lituania, en 1991. Después llegaron los Balcanes, Chechenia, Camboya, Ruanda, Somalia y el fatal Irak.

Luto en Polonia

Los polacos se habían acostumbrado a él. Siempre vestido de oscuro, cara de circunspección y, de fondo, cualquier parte del mundo. "Fue a todas las zonas en conflicto. Arriesgó su vida para enseñarnos cómo estaba el mundo", declaró ayer, triste, su compañera laboral Danuta Holecka. Las televisiones interrumpieron la emisión para dar la noticia. Igual de tristes que la comunidad de periodistas que sigue cubriendo el conflicto iraquí y que volvió a sentir la muerte. Después de un mes de abril en el que la ola de secuestros les obligó a limitar los viajes por el país árabe, todos los reporteros empezaron hace unos días a aumentar sus traslados para hacer su trabajo.

Milewicz y sus compañeros de equipo salieron por la mañana del Hotel Palestina hacia Nayaf. Según el cámara que sobrevivió al ataque, tuvieron que dejar la autopista porque estaba atestada de camiones militares, y el guía tomó una carretera secundaria. Media hora más tarde llegó el final. "Oímos una ráfaga de ametralladora, segundos después dispararon otra ráfaga y nos paramos porque le habían dado a las ruedas". Los atacantes se acercaron, mataron a bocajarro al montador y al reportero y huyeron.

Sin suerte

El presidente polaco, Aleksander Kwasniewski, de viaje en Londres, declaró que la muerte de Milewicz es una tremenda tragedia. "Esta vez la suerte no le acompañó", dijo. Pero pese a este golpe que sacudió a la sociedad polaca, Kwasniewski aseguró que Varsovia, bajo cuyo mando militar se encuentra la División Multinacional Centro-Sur, con más de 9.000 soldados, no retirará las tropas.