Atentados, secuestros, pérdida de control en algunas ciudades y la muerte violenta de más de 300 personas la pasada semana no son para Tony Blair razones suficientes para cuestionar las elecciones en Irak. El jefe del Gobierno británico y el primer ministro interino iraquí, Iyad Alaui, coincidieron ayer en mantener el calendario, que fija los comicios para el próximo mes de enero.

Alaui hizo un llamamiento a la ONU para que proporcione la asistencia necesaria a un proceso electoral, cuya viabilidad ha puesto en duda su secretario general, Kofi Annan. "Definitivamente, vamos a mantener la fecha de las elecciones. En enero del año próximo la democracia triunfará en Irak y es ahí donde los terroristas intentan herirnos; pido a las Naciones Unidas que nos ayuden para que las elecciones sean un éxito en Irak", declaró Alaui, en u intermedio de la reunión que mantuvo con Blair.