El secretario general de la ONU, Kofi Annan, instó ayer al Gobierno de Sudán a que someta a los paramilitares janjawid (árabes progubernamentales) para que dejen de matar y hostigar a la población negra de la región de Darfur y de saquear y quemar sus granjas. Las autoridades tienen la responsabilidad de "garantizar la ley, el orden y la seguridad de los habitantes", enfatizó Annan.

El territorio de Darfur está situado en el oeste de Sudán y se encuentra en una dramática situación, calificada por algunos observadores de la ONU como la más grave del mundo desde el punto de vista humanitario.

Annan escuchó a los protagonistas de estos abusos en el campo de refugiados de Zam Zam. El secretario general fue primero a otro campo, el de Mechtal, pero estaba vacío. El Gobierno había trasladado al millar de desplazados. Annan prometió a los refugiados que no serán obligados a volver a sus casas mientras no haya garantías de seguridad.

Bajo la presión y tutela de Annan, hoy se reanudan en Chad el diálogo entre el Gobierno de Jartum y los dos grupos rebeldes de Darfur. La queja de los rebeldes es que los acuerdos de paz firmados el 8 de abril son papel mojado.