En un gesto casi sin precedentes, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, admitió ayer, ante el Parlamento palestino, la existencia de "errores inaceptables" que han favorecido la aparición de la corrupción, al tiempo que prometió impulsar reformas para poner fin a los excesos de algunos miembros de su Gobierno. "No hay nadie inmune ante los errores, comenzando por mí mismo y de ahí para abajo; incluso los profetas cometen fallos", proclamó Arafat en Ramala. Es la primera vez que Arafat admite tal estado de cosas en su Gobierno.

Las promesas de Arafat de luchar contra los excesos de algunos miembros de la ANP se limitaron a una declaración de intenciones sin propuestas concretas para satisfacer a todos sus opositores, frustrados ante la incapacidad para lograr un Estado palestino o capear la crisis económica. El 77,4% de los palestinos creen que la corrupción en la ANP está "muy extendida", según una encuesta publicada ayer.