Un ataque de los insurgentes contra una cárcel de la periferia de Bagdad controlada por las fuerzas estadounidenses provocó ayer una nueva tragedia. Un total de 22 presos murieron por los disparos de mortero de los guerrilleros, según informó un portavoz militar norteamericano. Otro centenar de personas resultaron heridas en la agresión.

El incidente ocurrió en la célebre prisión de Abú Gharib, al oeste de Bagdad, que fue la cárcel más célebre durante el régimen de Sadam Husein. Según el general Mark Kimmit, jefe de operaciones de la coalición ocupante y portavoz militar, 18 obuses de mortero impactaron en las instalaciones carcelarias. Kimmit no precisó si los fallecidos eran delincuentes comunes o miembros de la resistencia encarcelados por las tropas estadounidenses. Según sus propios datos, la coalición mantiene unos 6.700 prisioneros "por motivos de seguridad" repartidos entre un centro de detención en el aeropuerto y la prisión de Abú Gharib.

REOS EXCARCELADOS Horas antes, 250 detenidos habían sido liberados de esta prisión, según fuentes policiales iraquís. Estas fuentes señalaron que la puesta en libertad fue ordenada por el administrador civil de EEUU, Paul Bremer, tras el acuerdo de alto el fuego alcanzado el lunes entre las tropas de EEUU y los insurgentes atrincherados en Faluya.

Mientras tanto, la calma va volviendo a esa ciudad, asediada por las fuerzas estadounidenses desde el pasado día 3. Una parte de los habitantes de Faluya regresaron ayer a sus hogares tras el mencionado acuerdo de alto el fuego, que prevé el cese de las operaciones ofensivas de EEUU a cambio de la entrega del armamento pesado por parte de la guerrilla. "Cincuenta familias han sido autorizadas a volver hoy; 50 más lo serán mañana y otras cincuenta al día siguiente", afirmó un oficial de los marines. Según las estimaciones de la Media Luna Roja iraquí, unas 5.000 familias encontraron refugio fuera de la ciudad durante los combates de las últimas semanas.

También en la ciudad de Nayaf reinaba ayer la calma después de que las fuerzas de EEUU decidieran dar más tiempo a los mediadores para resolver el pulso que mantienen con el clérigo radical Moktada al Sadr y su milicia, el Ejército del Mehdi. El general Ricardo Sánchez, jefe de las fuerzas estadounidenses en Irak, ordenó a los 2.500 soldados de la Tercera Brigada Task Force una discreta retirada de la ciudad santa.

LIBERACION DE LOS ITALIANOS Mientras tanto, Lajdar Brahimi, representante especial para Irak del secretario general de la ONU, Kofi Annan, se declaró ayer "optimista" sobre las posibilidades de una pronta liberación de los tres guardias de seguridad italianos que aún permanecen secuestrados por los insurgentes. Un cuarto rehén italiano fue asesinado la semana pasada. "Creo que tenemos motivos para esperar una solución rápida y positiva", afirmó Brahimi tras entrevistarse en Roma con el presidente del Senado italiano, Marcello Pera.