El portugués José Manuel Durao Barroso anunció ayer la composición de la Comisión Europea, que presidirá a partir del 1 de noviembre. El conservador Durao Barroso, que ha resistido a la presión de los pesos pesados europeos, comunicó la lista del primer Ejecutivo de la Unión Europea (UE) de los 25, "en el que todos los comisarios gozarán de los mismos poderes" y donde "prima el espíritu de equipo", según aseguró en su comparecencia.

Y por lo que a la cifra se refiere así es, ya que 24 estados de la Unión Europa cuentan con un comisario y Portugal, con la presidencia. Durao Barroso fijó una lista de prioridades: "Dinamizar la economía europea, buscar el crecimiento, la comunicación y garantizar el papel que merece Europa en el orden mundial".

Entre las novedades de la nueva Comisión, que deberá pasar el examen en el Parlamento Europeo antes de entrar en funciones, figura la creación de cinco vicepresidencias, dos de las cuales son para los dos grandes: Francia (Jacques Barrot) y Alemania (Günter Verheugen) que se quedan sin ninguna cartera de primer orden.

Italia, que cede la presidencia y la cartera de la Competencia, asume otra vicepresidencia, a cargo de Rocco Buttiglione. Para este conservador católico, el nuevo Gobierno de Bruselas está marcado "por un equilibrio entre los países grandes y pequeños, entre ricos y pobres, y entre antiguos y nuevos miembros".

Entre los que repiten se encuentra el español Joaquín Almunia, que tomó el testigo de Pedro Solbes el pasado abril como comisario de Asuntos Económicos y Monetarios.

De las ocho mujeres comisarias, un récord en la Comisión, la sueca Margot Wallstroem, que hasta ahora era titular de Medio Ambiente, se hace con una especie de primera vicepresidencia, ya que sustituirá a Durao Barroso durante sus ausencias de Bruselas y toma las riendas de Relaciones Institucionales y Estrategia de Comunicación.

Otra mujer, la antigua ministra holandesa Neelie Kroes-Smit estará al frente del poderosa dirección de la Competencia, que controla las fusiones.