El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció anoche que va a nombrar otro representante de Italia en la nueva Comisión Europea en sustitución de Rocco Buttiglione. Las declaraciones del conservador italiano contra los homosexuales y las madres solteras y en favor de un papel doméstico para las mujeres galvanizaron la oposición de la Eurocámara al nuevo Ejecutivo comunitario y obligaron a su presidente, el conservador José Manuel Durao Barroso, a retirar su propuesta para evitar la humillación de un rechazo parlamentario formal.

"Buttiglione continuará como ministro. Creo que es la forma como va a acabar todo al final", declaró Berlusconi tras una cena con sus más estrechos colaboradores políticos.

"No tiene sentido negar que esta es el resultado más probable", añadió Berlusconi, que no descartó cambios en el Gobierno italiano. Berlusconi había mantenido unas horas antes una reunión de cuarenta minutos con Buttgilione. Diferentes líderes europeos, incluido el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, recomendaron en Roma la retirada de Buttiglione del futuro Ejecutivo comunitario.

Barroso también anunció que pedirá a algunos gobiernos europeos que reemplacen a su candidato a comisario para conseguir un mejor Ejecutivo comunitario que logre la imprescindible ratificación de la Eurocámara. Además de Buttiglione, el socialista húngaro Laszlo Kovacs y la liberal conservadora letona Ingrida Udre son los otros candidatos con más probabilidad de ser retirados.

Los líderes de la Unión Europea se esforzaron en evitar que la crisis política enturbiara la ceremonia de Roma y reafirmaron su confianza en Barroso, pese a su grave error político de haberse obstinado en enfrentarse al Parlamento Europeo.

"Hemos expresado nuestra confianza en Barroso para que forme una Comisión que se beneficie del apoyo más amplio", explicó el primer ministro holandés y presidente semestral de la UE, Jan Peter Balkelende. El canciller Gerhard Schröder confió en que Barroso pueda tener su nuevo equipo en dos semanas. Zapatero pidió a los gobiernos europeos un "apoyo constructivo" para facilitar "los cambios" necesarios para lograr la aprobación de la Eurocámara.