El presidente estadounidense, George Bush, convocó ayer en la Casa Blanca a sus congresistas republicanos más leales y les pidió que "mantengan la fe" en su gestión, en un momento en que cunde el pesimismo entre los ciudadanos y los militares de Estados Unidos por la desastrosa campaña que se desarrolla en Irak, lo que se está reflejando en los sondeos. La popularidad de Bush se encuentra en estos momentos en el punto más bajo de su mandato, pues sólo el 42% de los estadounidenses le apoyan, según el semanario Newsweek .

"Estamos al borde del fracaso, mirando hacia el precipicio en Irak," advirtió el miércoles ante el Senado el general Joseph Hoare, exjefe del Mando Central de Estados Unidos. La divulgación de nuevas y morbosas fotografías de la prisión de Abú Graib por la cadena de televisión ABC contribuyó ayer a mantener el escándalo de los malos tratos en el candelero y la sensación de que la crisis iraquí está fuera de control.

"El liderazgo y las acciones que el presidente ha emprendido en Irak demuestran su incompetencia en cuanto a conocimiento, juicio y experiencia", atacó con dureza la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que no estuvo presente en el encuentro con Bush porque no se invitó a la oposición.

EXPECTATIVAS DE REELECCION El presidente se mostró optimista sobre la posible reelección, dijeron los republicanos. Sin embargo, alguno añadió que en el partido hay "considerable preocupación" por los resultados de los próximos comicios, aunque "todavía no es pánico".