Los ricos también lloran. Ningún detalle revelaría a un extraño que el hombre canoso que observa con mirada apagada a través de los barrotes el estrado del Tribunal Meschanski de Moscú es el más rico de Rusia: Mijail Jodorkovski.

El juicio contra el magnate Jodorkovski, de 41 años, expresidente de la mayor petrolera privada de Rusia, Yukos, cuya fortuna se estima en 13.000 millones de euros (2,163 billones de pesetas), se reanudó ayer tras haber sido aplazado por la enfermedad de un abogado. El hombre más adinerado de Rusia está siendo juzgado junto a su compañero y cerebro financiero de Yukos, Platon Lebedev. Ambos se sentaron por primera vez en el banquillo en mayo, acusados de fraude y evasión fiscal, entre otros cargos.

Ocho meses en prisión

Ni Jodorkovski, que ha estado ocho meses y medio en prisión, ni Lebedev (encarcelado poco antes) se reconocieron culpables. Jodorkovski y los abogados pidieron ayer suspender las audiencias sobre Lebedev por la enfermedad hepática que sufre, pero el juez rechazó la petición.

Desde la primera audiencia, que se celebró el 28 de mayo, el juicio a Jodorkovski se ha convertido en un culebrón con un final fácilmente previsible. Es muy probable que el tribunal condene a Jodorkovski a 10 años de prisión por presunta evasión de impuestos, falsificación de documentos y fraude. Pero la clave de este juicio emblemático para la Rusia de Putin es que Jodorkovski financiaba a la oposición al Kremlin y a medios de comunicación críticos con el presidente. A diferencia de la mayoría de los ricos, fieles a Putin, el magnate anunció en el 2003 su intención de dedicarse a la política.

El juicio está marcado por el secretismo. Sólo un pequeño grupo de periodistas logró asistir a la sesión de ayer junto a la familia de Jodorkovski. Marina Jodorkovskaia, la madre, dijo que su hijo "está preparado para que le condenen a 10 años" de cárcel. Moscú se vistió con más de 40.000 cintas verdes y amarillas, los colores corporativos de Yukos. "Es una muestra de solidaridad con los acusados", dijo un portavoz del grupo La Conciencia.

Yukos afronta la bancarrota a causa de un acoso fiscal sin precedentes. La Hacienda rusa reclama a Yukos más de 5.000 millones de euros en impuestos impagados. Jodorkovski ofreció ayer el 44% de las acciones que él y sus principales socios tienen en Yukos para abonar la deuda. Estas acciones fueron embargadas por las autoridades el año pasado para "garantizar" el pago de los impuestos impagados.