China han empezado este martes a buscar en su propio territorio el avión de Malaysia Airlines desaparecido el pasado día 8 con 239 personas a bordo y del que todavía se desconoce su paradero. Los investigadores malasios barajan ahora la hipótesis de que el piloto o el copiloto se suicidaran y están inspeccionando el simulador de vuelo que el piloto tenía en su casa y en el que había registrados diversos corredores en el océano Índico. La falta de resultados en esta investigación, y la sensación de que se dan palos de ciego, está tensando las relaciones entre Malasia, al frente de la búsqueda, y países muy implicados en la búsqueda como China y EEUU.

El operativo de búsqueda del avión se ha ampliado y cubre ahora un vasto territorio que incluye un área que va desde Asia central al Índico. A partir de datos de un satélite militar el avión desaparecido podría haber sobrevolado sin ser detectado por los radares comerciales el extremo occidental de China, según ha informado la agencia estatal china Xinhua. El embajador de China en Malasia, Huang Huikang, ha dicho a la prensa en Kuala Lumpur que las autoridades de su país manejan informaciones que no pueden revelar a los medios.

El diplomático, además, ha afirmado que ninguno de los 153 chinos que viajaban a bordo del avión del Malaysia Airlines tiene un perfil que lo haga sospechoso de secuestrar o atentar contra el avión.

Ruta manipulada informáticamente

Desde Estados Unidos, fuentes oficiales citadas por 'The New York Times' han señalado que la ruta del avión pudo haber sido alterada, no manualmente como se había dicho hasta ahora, sino a través de su sistema informático. Según estas fuentes, el sistema informático de control del vuelo dirige el avión de un punto a otro siguiendo los datos introducidos antes del despegue, aunque en este caso no está claro todavía si la ruta fue reprogramada antes o después de que el aparato se pusiera en marcha.

El hecho de que la ruta pueda haber sido alterada mediante el sistema informático refuerza la hipótesis de que la desaparición del avión obedece a un acto deliberado y pone el foco sobre el capitán y su segundo, en opinión de los investigadores consultados por 'The New York Times'. Estas fuentes ven muy improbable que uno de los pasajeros fuera capaz de cambiar la ruta a través del sistema informático, ya que esta es una operación de gran complejidad, por lo que sería más plausible que hubiera sido el piloto o alguno de los miembros de la tripulación.

Por su parte, los investigadores malasios están considerando la hipótesis del suicidio del piloto, Zaharie Ahmad Shah, de 53 años, y del copiloto, Fariq Abdul Hamid, de 27, como una línea más de trabajo. Los agentes han estado inspeccionando también el simulador de vuelo que el primero tenía en su casa. En él había registrados corredores de vuelo en el Índico, en las Maldivas, en Sri Lanka y en el sur de la India. Sin embargo fuentes policiales han matizado que generalmente los simuladores de vuelo "muestran cientos o miles de corredores".

Amenaza de huelga de hambre

La falta de resultados está tensando las relaciones entre Malasia, al frente de las investigaciones, y China, país del que son la mayoría de pasajeros del avión desaparecido, y EEUU, que se ha implicado directamente en las pesquisas. Este martes, las autoridades malasias han salido al paso de las críticas de Washington de que no están compartiendo la información con el resto de países.

En el hotel de Pekín donde se encuentran alojados los familiares de los pasajeros la tensión es máxima y algunos de ellos han amenazado con iniciar una huelga de hambre contra la gestión de Malasia en esta crisis. "No tenemos información y todo el mundo esta inquieto", ha señalado Wen Wancheng, padre de uno de los pasajeros. "Las familias están muy descontentas. Se entiende que empiecen a hablar de huelga de hambre", ha añadido.