El conflicto venezolano es también musical. Mañana se celebra en Cúcuta, la ciudad que conecta a través del puente Simón Bolívar con el estado venezolano de Táchira, el concierto Venezuela Aid Live. El magnate inglés Richard Branson, fundador del sello Virgin en los años 70, espera recaudar millones de dólares en favor de los que necesitan alimentos y medicinas. Sobre el escenario estarán varias figuras de la canción hispanoamericana, entre ellos Luis Fonsi, Alejandro Sanz y Miguel Bosé.

En principio estaba también programada la presencia del inglés Peter Gabriel. Roger Waters, el bajista de la mítica banda Pink Floyd le pidió al exmiembro de Genesis que no se preste a lo que considera un montaje de los Estados Unidos. «No sabe de lo que habla», dijo Branson. Venezuela Aid es la punta de lanza de un objetivo mayor. El concierto debe servir para disuadir a los militares que bloquean la frontera. “Intentaremos convencer a las Fuerzas Militares con ayuda, amor, a la manera jipi», dijo el empresario.

Fonsi será uno de los platos principales. Seguramente cantará Despacito sobre el escenario y, abajo, la oposición antichavista, el presidente colombiano Iván Duque y su colega chileno, el multimillonario Sebastián Piñera, marcarán el paso de esa canción de alcance global. Para Maduro, ellos marcan el ritmo que les impone Washington. «Los artistas que van a cantar en Cúcuta, Colombia, deben saber que están cometiendo un delito, porque están avalando una intervención internacional», les advirtió desde Caracas.

«¿Por qué no hacen un espectáculo para que no sigan asesinando líderes sociales en Colombia, que fueron 200 en 2018? ¿Por qué no hacen un canto para recoger dinero y construirle viviendas a las 10 millones de familias en Colombia que no tienen casa propia?», se preguntó, molesto.

El mismo 22 de febrero, pero al otro lado del puente binacional Tienditas, el Gobierno de Maduro organizará su concierto Manos fuera de Venezuela y entregará cajas de comida a los colombianos empobrecidos de Cúcuta.