Simona Torretta y Simona Pari son muy conocidas en Italia a pesar de tener sólo 29 años. Lo mismo se las escuchaba en Radio 24, del periódico económico Sole 24 Ore , que se las leía en el diario comunista Il Manifesto o eran entrevistadas por la agencia Ansa, la Efe de Italia. Si un periodista desembarcaba en Bagdad, terminaba siempre en sus oficinas, situadas en el centro de la ciudad, para pedir información o saber cómo adentrarse en los barrios populares de la capital iraquí.

La primera lleva prácticamente 10 años residiendo en Bagdad y habla árabe. La segunda, tal y como lo relata ella misma, tuvo un día "un flechazo llamado Irak" y allí se fue. Con discreción, la misma discreción de las familias de origen de ambas, que ayer se encerraron en un silencio angustioso en Roma y en Rimini, las ciudades donde residen.

Un Puente para Bagdad, la ONG para la que trabajan es, en Italia, una especie de bulldózer de la solidaridad: vaya donde vaya, numerosos grupos y asociaciones se apoyan en ella para intervenir en situaciones de emergencia. En los años del embargo contra el régimen de Sadam, antes de emprender alguna iniciativa importante, hacían una convocatoria nacional y se reunían en un teatro de Roma, donde iban numerosos voluntarios a hacer aportaciones anónimas. Primaba la solidaridad ante las divisiones políticas.

Fue el caso de una célebre misión de compra de lápices y cuadernos para los niños iraquís, que no podían comprarlos porque el embargo impedía importarlos. O el proyecto actual de catalogación e informatización de la Biblioteca Nacional de Irak, saqueada e incendiada a la llegada de las tropas estadounidenses a Bagdad, en abril del pasado año. Para este trabajo, la autonomía de Lombardía otorgó una generosa aportación a la organización que, precisamente en estos días, está siendo invertida en enseñar a utilizar los ordenadores para catalogar los 750.000 volúmenes recuperados de la devastación.

En días pasados, durante la sangrienta batalla de Nayaf, Torretta y Pari consiguieron hacer entrar en la ciudad, asediada por estadounidenses e iraquís, 500.000 litros de agua. "Nos han torpedeado una cisterna, pero lo hemos conseguido", dijeron a una radio italiana.