La tensión acumulada en las últimas semanas y el desenlace final del avión de Malaysia Airlines, que según las autoridades malasias se estrelló y no hay supervivientes, ha provocado este martes que unos 200 familiares de los 239 pasajeros a bordo del vuelo MH370 --la mayoría de nacionalidad china-- hayan estallado y se hayan enfrentado a la policía a las puertas de la Embajada de Malasia en Pekín.

Los familiares exigen a la aerolínea y al Gobierno de Kuala Lumpur explicaciones de lo que pasó en el avión. Los ciudadanos han lanzado botellas de agua a la policía, que ha formado un cordón alrededor de la embajada. Muchos de estos familiares han sido repelidos por los agentes después de que intentaran romper el cordón y acceder a la legación.

"Entregadnos a nuestros familiares", han gritado los airados familiares, algunos de ellos sin poder evitar las lágrimas. "Mi hijo, mi hijo, entregadme a mi hijo", lloraba el padre de uno de los pasajeros. "Cariño, no podré vivir sin ti", decía una mujer. Otros reclamaban un encuentro con las autoridades de Malasia.

Desconfianza de las familias

Estas familias llevan más de dos semanas, desde la desaparición del avión el 8 de marzo, alojadas en un hotel de Pekín esperando noticias del avión y asistiendo a las comparecencias diarias de las autoridades malasias y de la compañía aérea. Muchas de estas familias están convencidas de que el Gobierno de Malasia les oculta la verdad de lo ocurrido con el vuelo MH370.

El primer ministro malasio, Najib Razak, ha afirmado que el avión se estrelló y que no hay supervivientes pero no ha dado datos de lo que pudo ocurrir para explicar el fatal desenlace.