La descarada tolerancia occidental ante las violaciones de los principios democráticos en Rusia --como la represión de las libertades de expresión y de participación política-- culminará hoy con la aclamación de Putin, como si esta farsa electoral fuera de recibo. Además, a cambio de cerrar los ojos ante el genocidio que el Ejército ruso comete en Chechenia, los aliados de la guerra de Irak exigieron a un incrédulo Kremlin que avalase una resolución de la ONU que señalaba sólo a ETA como responsable de la matanza de Madrid.*Periodista