Al Qaeda puede intentar en Estados Unidos lo mismo que ha hecho en España: un atentado justo antes de las elecciones. Esa ha sido la advertencia del FBI que identificó a la industria petrolera de Tejas como posible blanco del terrorismo en fechas cercanas al 2 de noviembre, día de las presidenciales en EEUU.

"La alerta menciona amenazas contra oleoductos e instalaciones petroleras en Tejas, coincidiendo con las elecciones de noviembre", confirmó una fuente de la industria petrolera. La vigilancia se reforzó, en prevención de atentados.

La lucha antiterrorista concentra estos días toda la atención en EEUU, tras las graves acusaciones vertidas por Richard Clarke contra el Gobierno de George Bush. El exjefe de contraterrorismo de la Casa Blanca culpó al presidente de estar obsesionado con Irak y no prestar suficiente atención, antes del 11-S, a la montaña de indicios sobre el peligro que suponía Al Qaeda.

FLANCO DEBILITADO "Al invadir Irak, el presidente debilitó mucho la guerra contra el terrorismo", declaró Clarke el miércoles ante la comisión del Congreso que investiga el 11-S. El exjefe antiterrorista también aclaró que si critica a Bush a diestro y siniestro es por el desastre de Irak, y no para favorecer a los demócratas cara a las elecciones.

En declaraciones a la cadena televisiva CNN, el antiguo zar antiterrorista de la Casa Blanca arremetió directamente contra la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, a quien acusó de no cumplir con su obligación. Clarke explicó que, antes del 11-S, "se comunicaba regularmente a Bush de que estaba en preparación un ataque de Al Qaeda", pero resaltó que el FBI "enterró" la información sobre la presencia en EEUU de dos de los terroristas que perpetrarían los atentados.

Rice --sostuvo el exasesor-- tendría que haberse reunido diariamente con el director del FBI para desenterrar datos como esos que, de conocerse, "nos habrían permitido detener" a los dos terroristas.

"Si Rice hubiera hecho su trabajo y hubiera celebrado esas reuniones diarias, si hubiera tenido una actitud activa cuando disponía de información sobre amenazas contra EEUU, todo se hubiera reorganizado de forma completamente diferente en el verano del 2001", atacó Clarke.

Rice rechazó las acusaciones del exfuncionario, que calificó de "difamatorias". Además, trató de desacreditar las dañinas declaraciones de Clarke, asegurando que el 5 de julio del 2001, dos meses antes del 11-S, le ordenó personalmente que alertara a las instancias necesarias del Gobierno sobre la posibilidad de un atentado terrorista.