Cinco millones de votantes, por primera vez 52.000 de ellos desde España y otros cuatro países americanos, estaban llamados ayer a las urnas para elegir al próximo presidente de la República Dominicana. Con el poder adquisitivo en el tobogán a causa de la inflación y la devaluación monetaria, la opción del electorado se vio limitada a reelegir al actual gobernante, Hipólito Mejía, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), o al anterior, Leonel Fernández, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Según los sondeos, el voto de castigo iba a aupar de nuevo al poder a Leonel Fernández.

La campaña electoral acabó por limitarse a un pugilato de lindezas entre ambos estadistas. Mejía calificó a su rival, el expresidente Fernández de "gallina", "cobarde" y "mentiroso". Leonel Fernández consideró que su competidor es "un analfabeto funcional".

Como culminación de una campaña marcada por los insultos e incluso las amenazas de llegar a las manos entre los dos candidatos, la jornada electoral se saldó con la muerte de tres personas en un tiroteo en Barahona, a 180 kilómetros de la capital.