Las autoridades iraníes calificaron ayer de fracaso las sanciones de Estados Unidos y sus presiones al resto del mundo para aplicar un embargo petrolero a Irán a partir de mañana, a pesar de que estas medidas ya han sumido al país en una grave crisis económica.

Después de que Washington anunciara que va a eximir temporalmente a ocho países de las sanciones por la compra de petróleo iraní, el líder supremo, Ali Jamenei, aseguró que EEUU ha sido el «perdedor» en sus 40 años de enfrentamiento con la República Islámica. «El poder de presión de EEUU, usando su poder económico y militar, está disminuyendo», dijo Jamenei en un discurso, en el que consideró que esta pérdida de influencia se ha acrecentado durante el mandato del actual presidente, Donald Trump.

A su juicio, «ha desacreditado» a EEUU, y «el mundo se opone a cualquiera de sus decisiones». «El EEUU de hoy es mucho más débil que el de hace 40 años», aseveró. Refiriéndose a las sanciones, el líder aseguró que «el objetivo de EEUU era boicotear y paralizar la economía del país», pero como resultado Irán ha fortalecido su «autosuficiencia» mediante un aumento de la producción local.

La nueva ronda de sanciones estadounidenses, que entra en vigor mañana, incluye la venta de petróleo, la prohibición de las transacciones financieras con su Banco Central y restricciones para el sector portuario iraní.

Las exportaciones petroleras de Irán superaron los 2,5 millones de barriles diarios en los primeros seis meses del 2018. Desde entonces han caído en unos 800.000 barriles. Sobre las exenciones, el Ministerio de Exteriores iraní afirmó que la mayor parte de las medidas estadounidenses «fracasaron tras pagar un alto precio para obligar a los bancos y las compañías» a cumplir las sanciones contra Irán.

«No parece que Estados Unidos tenga más capacidad para presionar a los países para que no cooperen con Irán. No hay nada de qué preocuparse», subrayó el portavoz, Bahram Qasemí.