Los juristas del Gobierno de EEUU consideraron, en un informe del año pasado, que el presidente estadounidense, George Bush, podía saltarse las convenciones internacionales sobre la tortura en nombre del interés supremo del país, según publicó ayer el diario The Wall Street Journal.El informe confidencial fue preparado, en marzo del 2003, por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, a petición de los responsables del campo de presos talibanes y afganos en Guantánamo, que se quejaban de que no obtenían suficiente información de los detenidos.