Con la candidatura demócrata a la Casa Blanca ya asegurada tras sus victorias del supermartes , el senador por Massachusetts John Kerry esgrimió ayer el hacha de guerra contra el presidente George Bush en Florida, el estado que, tras un disputado recuento de votos, le dio la victoria frente a Al Gore, por sólo 537 papeletas de diferencia. "No albergamos ilusiones sobre la maquinaria de ataques republicanos y sobre lo que nuestros oponentes han hecho en el pasado y podrían intentar hacer en el futuro", advirtió Kerry al inicio de la campaña electoral "más larga de la historia moderna", como la definió el congresista californiano Brad Sherman.

Durante los próximos ocho meses --cinco más de lo habitual--, Kerry y Bush tratarán de atraerse a un electorado tan ferozmente dividido como en el 2000, que ha propiciado ya proyecciones de una pugna dura y codo a codo por el sillón presidencial. Bush tratará de capitalizar el miedo y la inseguridad de los estadounidenses, recordándoles que "están en guerra", para que le voten de nuevo.

HEROE DE VIETNAM Por su parte, el senador por Massachusetts tiene abundante munición contra Bush. El candidato demócrata no sólo puede exhibir su historial de héroe de Vietnam, sino que también explotará las crecientes dudas sobre la credibilidad del presidente, en vista de que no han aparecido las armas de destrucción masiva con las que justificó la guerra contra Irak, ni se ha apresado a Osama bin Laden, líder de Al Qaeda y responsable de los atentados del 11-S.

Según han demostrado las 30 primarias y caucuses demócratas celebradas hasta ahora --de las que Kerry ha ganado 27, incluyendo 9 de las 10 celebradas el supermartes --, el punto fuerte del senador por Massachusetts que atrajo a los votantes es su capacidad para derrotar a Bush. Inmediatamente después figura su posición en materia económica, sobre todo en lo que respecta a la creación de empleo --dado que se han perdido 2,4 millones de puestos de trabajo durante la gestión del actual inquilino de la Casa Blanca--, y su defensa del Medicare y de otros programas de sanidad pública.

LOS INDEPENDIENTES A pesar de que cuenta con un partido unificado en el rechazo a Bush que le respalda, Kerry necesitará además atraer a los votantes independientes para poder evitar la reelección del presidente en los comicios generales del 2 de noviembre. "Yo soy un luchador", advirtió al celebrar su victoria en el supermartes , que incluyó triunfos arrolladores en los estados de Nueva York y California, los dos más importantes del país.

Pero, además, su lucha por la Casa Blanca requerirá una auténtica riada de fondos, dado el abultado bolsillo del actual inquilino de la Casa Blanca, quien cuenta ya con más de 140 millones de dólares (112 millones de euros, más de 18.000 millones de pesetas) para su campaña. Por eso, ayer, el orden del día para Kerry incluyó la contratación de un ejército de recaudadores de fondos electorales.