Un sargento estadounidense implicado en el escándalo de las torturas en la prisión de Abú Graib se declaró ayer culpable, ante un tribunal militar, de cinco de los cargos que se le imputan.

El reservista Ivan Frederick, de 38 años, compareció ante el tribunal, en una audiencia preliminar, en una base militar estadounidense cercana al aeropuerto de Bagdad. Frederick se declaró culpable de conspiración, abuso, abandono del puesto, agresión y actos indecentes.

Este sargento estaba acusado de permitir que algunos presos fueran obligados a masturbarse mientras que militares estadounidenses les tomaban fotos, de saltar sobre un montón de detenidos desnudos y de dar un fuerte golpe en el pecho a uno de los prisioneros.