El dictador chileno Augusto Pinochet nunca demostró demasiada pasión por el fútbol, pero según el diario The Guardian pensó en comprar el Manchester United al dejar un Gobierno cuya política de privatizaciones pasará ahora por la lupa de la Cámara de Diputados, interesada en saber si parte del dinero que entró a las arcas públicas fue a parar a sus bolsillos. La información publicada ayer por The Guardian no pudo haber sido más inoportuna para los abogados de Pinochet, que tratan sin suerte de bajarle el tono al escándalo que comenzó con el descubrimiento de las cuentas secretas de Pinochet en el Banco Riggs de EEUU.

De acuerdo con el diario inglés, "fue un secreto a voces en la Premier League" de que Pinochet consideró "hacer una audaz oferta por el Manchester United a principios de los años 90". El negocio, agrega el rotativo, no prosperó ante "la sospecha del general de que la vinculación con los hinchas del Manchester podría dañar su imagen".

Las discusiones en Santiago sobre la veracidad o no de esos hechos se mezclan con una certeza de fuerte alcance político. La Cámara de Diputados no sólo respaldó el trabajo que realiza el juez Sergio Muñoz para determinar el origen de la fortuna de los Pinochet, sino que eligió una vía indirecta de trabajo que no se superponga con sus pericias.

EL PATRIMONIO PUBLICO En 120 días, una comisión especial debe determinar qué sucedió con el patrimonio público durante la dictadura (1973-90) y cuáles fueron "las acciones u omisiones" de las autoridades de entonces y cómo se perjudicó al país. Pinochet promovió una ley que impide presentar recursos constitucionales por hechos ocurridos antes de marzo de 1990. "Pero ello no nos impide investigar y estamos seguros de que se podrá establecer que hubo corrupción", dijo la diputada socialista Isabel Allende.

Además, la Cámara de Diputados convino que una "misión especial" viaje a Estados Unidos para indagar sobre las cuentas secretas. "Dijimos que Pinochet era asesino y nadie puede decir en esta sala que no lo era; dijimos que era un sinvergüenza, que era un cobarde. Entonces: ¿Qué de nuevo podemos decir de Pinochet si hoy sólo estamos diciendo que es un ladrón?", dijo durante el debate el diputado de la Democracia Cristiana, Rodolfo Seguel.