La detención de Roberto Marrero, la mano derecha de Juan Guaidó, por parte de efectivos del servicio de inteligencia (SEBIN), parece haberle abierto a Nicolás Maduro un nuevo frente de tormenta, pero esta vez dentro de su propia fuerza. Al menos eso es lo que cree Guaidó.

El diputado, quien es reconocido como «presidente encargado» por EEUU y otros 50 países, aseguró que el arresto de su mano derecha es resultado de una pérdida «de la cadena de mando» y que «jefes» del SEBIN lo llamaron para informarle de que no habían dado la orden. «Maduro o no se atreve a encarcelarme o no manda», dijo. «Como no pueden llevarse preso al presidente encargado, buscan a los cercanos para amenazar». Según Guaidó, «estamos ante un régimen muy débil, que desgobierna, que no tiene autoridad».

El presidente de la Asamblea Nacional (AN) tiene abiertas dos causas por el ministerio público, una de ellas por supuesto instigador del gigantesco corte de luz.

Ninguna autoridad del madurismo hizo referencia a lo ocurrido con Marrero, uno de los dirigentes de Voluntad Popular (VP), el partido al que pertenece el líder parlamentario y que es manejado en las sombras por Leopoldo López desde su prisión domiciliaria. La orden de arresto la dio la jueza Carol Padilla y actuaron los fiscales Farik Mora Salcedo y Dinorah Bustamante. Padilla intentó procesar días atrás a un periodista, Luis Carlos Díaz, por sus informaciones sobre el apagón que asoló al país por cuatro días y provocó pérdidas millonarias.

REACCIONES

Como era de esperar, la detención de Marrero provocó una reacción negativa en cadena, desde Elliot Abrams, el halcón republicano designado por Donald Trump como responsable de la cuestión venezolana, a la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. La exmandataria socialista instó al Gobierno «a respetar estrictamente el debido proceso y a revelar inmediatamente» el paradero de Marrero.

El diputado opositor Sergio Vergara se sumó a la hipótesis de Guaidó. De acuerdo con Vergara, cuya casa fue también revisada por el SEBIN, el palacio de Miraflores no estaría detrás de la detención de Marrero.

Vergara señaló a Diosdado Cabello, el presidente de la Asamblea Constituyente que en los hechos funciona como un contrapoder del Parlamento. Cabello suele alinearse con Maduro pero también hace su propio juego. Como parte de esa autonomía criticó el reciente pronunciamiento de Bachelet sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela. La alta comisionada sostuvo que las autoridades no reconocen la gravedad de la crisis que atraviesa Venezuela, criminaliza la protesta y restringe la libertad de expresión. Bachelet también se pronunció a favor de solucionar el conflicto político sobre la base de «un acuerdo común».