Los rebeldes alzados en armas contra el presidente, Jean-Bertrand Aristide, tomaron ayer Cabo Haitiano, la segunda ciudad de Haití, al tiempo que realizaban sus primeras incursiones en la capital, Puerto Príncipe, donde la celebración del carnaval vino a disfrazar la situación caótica que vive este país caribeño y negro.

Mientras más de un centenar de hombres armados distribuidos en cuatro grupos se hacían con la ciudad portuaria del norte sin encontrar apenas resistencia, los ataques a las comisarías de Bon Report y en la carretera nacional 1, a las puertas de la capital, provocaban la muerte de al menos un viandante, un policía y dos insurgentes. "Vivimos una situación de anarquía", reconoció el alcalde de la capital, Rassoul Labuchin.

Los controles y las barricadas se multiplicaron en torno a esta ciudad en previsión de que los insurrectos aprovecharan el carnaval para penetrar en el corazón del país tras haber controlado el norte, el centro y el este. Pero eso no impidió que las incursiones rebeldes llegaran hasta el barrio de Place Cazeau, cerca de la residencia personal de Aristide y del aeropuerto internacional.

En Cabo Haitiano, una ciudad de un millón de habitantes, mucha gente salió alborozada a la calle para recibir a los "libertadores" y lanzar gritos contra el "demonio de Aristide". Los insurgentes, que se alzaron el 5 de febrero, tomaron primero el aeropuerto, hasta donde llegaron a bordo de varios camiones desde su bastión de Trou du Nord, y en la terminal aérea se apoderaron de un avión de Air Tropical.

Mientras varias columnas de humo se alzaban desde el aeropuerto, los hombres del armado Frente de Resistencia Nacional para la Liberación de Haití (FRNLH) marcharon hacia el centro y liberaron también a los detenidos en la comisaría, junto al puerto, cuando ya los policías habían puesto pies en polvorosa. Las turbas acabaron de vaciar el cuartel, al que finalmente prendieron también fuego.

La nueva escalada de violencia, que supone un duro revés para Aristide, se produjo mientras la oposición política haitiana estudiaba la propuesta de una misión internacional, que fue aceptada enseguida por el presidente, pero provocó las reticencias de la oposición.

La opositora Plataforma Democrática se comprometió a contestar hoy si aprueba el plan presentado por la misión --integrada por EEUU, Francia, Canadá, la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Organización de Estados Americanos (OEA)--, y que incluye que Aristide se mantenga en la presidencia.

EXIGEN LA DESTITUCION DE ARISTIDE Aunque Aristide aceptó el nombramiento de un nuevo primer ministro, la designación de un Gobierno "multipartidista" y la creación de las condiciones necesarias para celebrar elecciones "limpias", la oposición insistía ayer en la destitución inmediata del presidente. "No podemos aceptar este plan sin la salida de Aristide", dijo Rosemond Pradel, del partido socialista Konaom.