La reforma sanitaria impulsada por el presidente de EEUU, Barack Obama, mejora sus números, con más de 3 millones de inscritos, y cala entre la población más joven y sana, imprescindible para garantizar la viabilidad del nuevo sistema.

Según los últimos datos publicados hoy por el Departamento de Salud, el 25 por ciento de los inscritos en la reforma entre octubre y enero pasados tienen de 18 a 34 años, lo que apacigua el temor de las compañías aseguradoras, que han alertado de la necesidad de que la población más sana se inscriba para equilibrar los costes.

La cifra actual de inscritos, más de 3 millones de los cuales casi la mitad se registraron en el último mes, sigue estando por debajo de las expectativas iniciales de la Casa Blanca, pero alejan la posibilidad de un fracaso rotundo que se temió los primeros meses de la puesta en marcha de la reforma.

El objetivo que se ha marcado la administración Obama es lograr siete millones de asegurados para cuando termine el plazo de registro de este año, a finales de marzo.

Eso supondría lograr en menos de dos meses que se inscriban más del doble de personas de las que lo han hecho desde octubre, por lo que los expertos vaticinan que lo más probable es que la cifra alcance los seis millones.

Con el inicio de las coberturas sanitarias, el 1 de enero pasado, la Casa Blanca anunció una campaña para rebatir las críticas republicanas con testimonios de personas que, gracias a esta ley, podrán acceder a la atención primaria o acudir a un especialista por primera vez en su vida.

Al mismo tiempo, la administración Obama ha permitido algunos retrasos en la aplicación de determinados aspectos de la reforma para "suavizar" la transición hacia el nuevo sistema.

Estos esfuerzos responden a que del éxito o no de la puesta en práctica de la reforma este año dependerá en buena medida que Obama remonte en las encuestas de popularidad.

Promulgada en 2010 y rechazada aún por muchos republicanos, la reforma sanitaria está considerada como el mayor logro en política nacional del mandato de Obama, aunque su puesta en marcha quedó lastrada el año pasado por el fiasco del lanzamiento de la página web de contratación de seguros en octubre.

A estos fallos, se han sumado las quejas de la comunidad empresarial por los costes y el poco tiempo dado para adaptarse a la nueva ley.