El presidente Juan Manuel Santos ha constatado, quizá con cierto asombro, hasta dónde puede llegar la decisión de su exmentor, Álvaro Uribe, de marcarle en corto. El exmandatario, profundamente enemistado con Santos, se ha convertido en la figura casi excluyente de los comicios legislativos colombianos del domingo. De la nada inventó un partido, llamado de Centro, pero bien de derecha, que ha obtenido 21 de las 102 escaños en juego en el Senado y que, también, ha logrado una fuerza respestable en la cámara de Representantes. Su agrupación quedó apenas detrás del actual oficialismo, el Partido de la U, que en su momento fundó el mismo Uribe, hasta abandonarlo: 15% contra 14,7% de los votos, a nivel nacional. La coalición que respalda a Santos seguirá manejando el Congreso, pero no en las condiciones de absoluta comodidad que había conocido.

"Quiero felicitar al senador Uribe y su grupo, que tuvo un decoroso segundo lugar. Espero que podamos dejar a un lado los odios, los rencores y trabajar por el país", dijo Santos con elegancia y cierta ironía.

El conflicto con las FARC

Los analistas han coincidido: el exmandatario, quien durante su campaña recordó lo bien que iba Colombia hasta que dejó el poder, y lo malo que le espera si Santos sigue más allá del 2014, ha acumulado una fuerza suficiente como para que el eventual acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC encuentre más declaraciones altisonantes de impugnación en su camino. Además de la complejidad que suponen las negociaciones que tienen lugar en La Habana, ahora estará además Uribe en el Senado para expresar su férreo rechazo a los términos en los que se busca cerrar un conflicto armado de más de medio siglo.

"¿Qué significan para el proceso en La Habana los cerca de dos millones de votos al Senado con los que hace su retorno a un cargo de elección popular el expresidente Uribe? 19 senadores y una bancada de menor calibre en la Cámara, que es con lo que contará el Centro Democrático en el Congreso, no tendrán capacidad de decisión, pero pueden hacer bastante más que solo ruido", señaló el analisita Álvaro Sierra Restrepo.

La prensa, satisfecha con el triunfo de Uribe

"Uribe, el gran ganador", dijo el diario 'El Tiempo', que alguna vez perteneció a la familia Santos. "Uribe volvió a cambiar el panorama político nacional", dijo 'El Espectador'. De acuerdo con la revista 'Semana', el partido de Centro "modifica por completo el ambiente en el Congreso en donde hasta hoy la maquinaria de la Unidad Nacionalarrasaba con lo que se le ponía a su paso".

No han sido, estos, los titulares de la prensa que esperaba leer Santos en la noche del domingo. El mandatario busca su reelección el próximo 25 de mayo. Las encuestas le dan respaldo, pero no supera el 30%. Pero ese sondeo ha sido previo a las legislativas. La pregunta que se formulan algunos analistas es cuál será la incidencia de los resultados de este domingo en la campaña electoral que se avecina.

El Gobierno ya acordó con las FARC dos de los cinco puntos de una intrincada agenda de trabajo, los referidos la cuestión agraria y a la futura participación política de la insurgencia. Una derrota del espacio que lidera Santos provocaria un remezón en La Habana. Uribe nunca vio con buenos ojos la inclinación al diálogo con la guerrilla de Santos, a quien promovió en el 2010 como su heredro. Y algo más, el exmandatario nunca se ha corrido un ápice de su visión sobre el conflicto: este se gana con una mayor inversión contrainsurgente. Más presupuesto militar y de seguridad.

Santos, que ya tuvo que enfrentar un escándalo de corrupción en el Ejército, tiene, tal vez, otro problema. La cuenta de twitter de la Fuerza Aérea colombiana incluyó este domingo, sorprendentemente, una llamada a votar en favor de Uribe. "El hecho despertó lógica curiosidad entre quienes están en las redes sociales, quienes se preguntaron por qué una institución militar, al servicio de todos los colombianos, trinaba un mensaje como este", señaló Semana.