El primer ministro israelí, Ariel Sharon, prometió ayer, durante la reunión que su Gobierno mantiene semanalmente, que nunca permitirá que el líder palestino, Yasir Arafat, sea enterrado en Jerusalén. "Mientras yo sea primer ministro, Arafat no será enterrado en Jerusalén", afirmó Sharon, quien recordó a sus ministros que se comprometió a permitir el regreso del convaleciente rais a los territorios palestinos en caso de que finalice su estancia en un hospital de París.

La reunión de ayer estuvo en gran parte dedicada a analizar la situación tras el traslado por motivos de salud de Arafat a París. El jefe del espionaje militar, Aaron Zeevi, explicó a los ministros que si el líder palestino muere, se generará una gran oportunidad para acabar con la actual revuelta palestina. Sharon insistió en que llevará a cabo su plan de evacuación unilateral de los asentamientos judíos de la franja de Gaza incluso si Arafat muere.

NORMALIDAD Mientras, en Ramala, el primer ministro palestino, Ahmed Qurei, presidió por primera vez una reunión del Consejo de Seguridad Palestino. En el encuentro, el consejo debatió las reformas necesarias para acabar con los episodios de caos en los territorios, aunque el principal objetivo de la reunión era transmitir un mensaje de normalidad y de que las instituciones palestinas siguen funcionando sin Arafat.

Todo ello, mientras la atención de los palestinos sigue centrada en París, donde las versiones oficiales hablan de una mejora del estado de Arafat. El líder se ha estabilizado y los esfuerzos de los médicos se destinan ahora a averiguar si el rais sufre una infección provocada por un virus u otra fuente que está destruyendo las plaquetas de su sangre.