José Manuel Durao Barroso, próximo presidente de la Comisión Europea, se reúne hoy con los líderes parlamentarios europeos para evitar que el próximo miércoles el pleno de la Eurocámara vete a su Ejecutivo por el caso Buttiglione . Con el fin de impedir que Barroso dé por cerrada la crisis retirándole al ultra católico italiano Rocco Buttiglione sus competencias en materia de Libertades, pero manteniendo el grueso de las que le fueron asignadas, el grupo socialista subió ayer el tono de sus advertencias. "Esperamos que Buttiglione cambie por completo de cartera; no aceptaremos soluciones cosméticas", advirtió el líder socialista europeo, Martin Schulz.

Las salidas de tono de Buttiglione contra las mujeres, los homosexuales y los inmigrantes son el principal problema. El objetivo socialista es proteger a esos tres colectivos --hacia los que el italiano mantiene una actitud discriminatoria-- de las iniciativas que pudiera adoptar gracias al poder que le otorgan las carteras que Barroso le ha atribuido.

El líder socialista también recordó al futuro presidente de la Comisión que, "además de las preocupaciones sobre Buttiglione", su grupo mantiene "serias reservas hacia otros tres miembros" de su equipo, para las que exige "respuestas serias".