Una primera utilidad de la crisis provocada por Buttiglione ha sido la de poner en evidencia la existencia de un fallo jurídico: el Parlamento sólo puede vetar en bloque a todos los comisarios de la lista que presenta el presidente de la Comisión. Y no puede vetar a uno de ellos. Barroso lo sabe y se aferra al inmovilismo porque teme que cambiar al italiano sería un mal precedente.Al contrario, es una excelente ocasión de sentar el precedente de que en la fase previa a su aprobación definitiva, el presidente de la Comisión y el Parlamento lleguen a un consenso. Ello no contradice el espíritu de una disposición que buscó, en su día, darle algún poder a un Parlamento muy numeroso pero magro en competencias. Pero

Barroso no dice que su lista fue compuesta a partir de