Donald Trump recurre al discurso apocalíptico cuando se trata de cargar contra la inmigración, un problema grave que debe afrontar Estados Unidos y que ahora se ve seriamente agravado por la multitudinaria caravana de inmigrantes (unos 7.000, la mayoría hondureños) que lentamente se acercan a la frontera estadounidense. A todos les ha dejado muy claro que no les dejará entrar en EEUU.

«Permitir la entrada de indocumentados convertiría el país en un caos total», sentenció Trump, que recurrió de nuevo al ejemplo europeo. «Aquellos que quieren y defienden la inmigración ilegal solo tienen que echar una buena mirada a lo que ha ocurrido en Europa en los últimos cinco años. ¡Un caos total! Solo desean poder volver a tomar esa decisión», agregó en Twitter.

«Somos una gran nación soberana. ¡Tenemos fuertes fronteras y nunca aceptaremos a gente entrando en nuestro país de manera ilegal!», agregó en referencia a la caravana de hondureños. Trump amenazó la semana pasada con «cerrar» militarmente la frontera con México, en la que ya hay desplegados unos 2.200 miembros de la Guardia Nacional, pero no dio detalles sobre cómo pretende blindar un límite de más de 3.200 kilómetros que incluye parte del Río Bravo.

El Gobierno estadounidense informó de que el número de indocumentados detenidos en la frontera con México aumentó un 25,4 % este último año. Añadió que el país recortará «sustancialmente» la ayuda económica que concede anualmente a Guatemala, Honduras y El Salvador como represalia por el avance de la caravana, al tiempo que arremetió contra México por no detenerla en su territorio.

A pesar de las amenazas de Trump, la caravana de migrantes centroamericanos ha reanudado su camino a través de México. El pasado 13 de octubre unas 1.300 personas partieron de la ciudad hondureña de San Pedro Sula rumbo a Estados Unidos. Lograron superar Guatemala, aunque no sin dificultades porque varios migrantes, incluido uno de sus líderes, fueron detenidos, y el pasado viernes llegaban a la frontera con México sumando ya más de 7.000 personas. Tras unos días de parón, los migrantes han reiniciado su camino y ahora se dirigen desde Huixtla hacia Escuintla, en Chiapas.