Tras más de 17 meses de negociaciones, amenazas de veto y mucho drama por el estatus de Gibraltar, los veintisiete jefes de Estado y de Gobierno de la UE respaldaron ayer por unanimidad y sin discusión los papeles del divorcio entre la Unión Europea y el Reino Unido. «Es el mejor y único acuerdo posible», avisaron tanto el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, como la primera ministra británica, Theresa May, tras una cumbre extraordinaria breve y sin champán.

No había motivos para festejos y celebraciones. Los 27 cumplieron estrictamente con lo estipulado en un inusual tiempo récord. Pasadas las 10 de la mañana arrancaba el tradicional encuentro con el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, y no habían dado las 11 cuando el presidente de la UE, Donald Tusk, confirmaba el aval a un divorcio que la gran mayoría han calificado de «triste» y «trágico» y que, una vez consumado, pondrá punto final a 45 años de complicado matrimonio.

«ES UNA PENA» / «Es un día triste ver a un país como el Reino Unido salir de la UE. No es un día ni de júbilo ni de celebración. Es un momento triste y trágico», admitió Tusk. «Es un día histórico que me provoca sentimientos ambivalentes. Es una pena», añadió la cancillera alemana, Angela Merkel, en un mensaje calcado al que dejaron la mayoría de los jefes de gobierno. Todos salvo Theresa May, que acudió a la segunda parte de la reunión a informar a sus socios de cómo marchan los preparativos para ratificar el acuerdo en el Parlamento británico.

La canciller alemana está triste, ¿y usted?, le preguntaron. «No (lo estoy), pero reconozco que otros lo están, reconozco que algunos líderes europeos y otros en casa están tristes en este momento», respondió. «Ahora tenemos que pasar a la siguiente fase y estoy llena de optimismo sobre el futuro de nuestro país. Seguiremos siendo amigos y vecinos. Abandonamos la UE, pero no Europa», subrayó.

Las relaciones entre Londres y Bruselas nunca han sido fáciles, pero hay plena coincidencia entre los Veintisiete de que el brexit solo dejará perdedores, a un lado y al otro del canal de la Mancha. «Lo mejor para Irlanda y la Unión Europea sería que siguieran en la UE, en el mercado interior y en la unión aduanera. Pero respetamos su decisión. Hemos dedicado dos años a negociar un acuerdo que proteja los intereses y economía de nuestros ciudadanos y creo que tenemos ese acuerdo», valoró el primer ministro irlandés, Leo Varadkar.

En la misma línea se pronunció su colega holandés, Mar Rutte, convencido de que el pacto negociado por el francés Michel Barnier es «el mejor posible» y un «acuerdo equilibrado,» y que si el fuera británico no tendría dudas en respaldarlo.

Todas esas valoraciones con un destinatario: el Parlamento británico, que en las próximas semanas debe pronunciarse sobre el acuerdo . «Este es el mejor acuerdo posible. Invito a quienes tienen que ratificar el acuerdo en la Cámara de los comunes a tomar esto en consideración» porque «este es el mejor acuerdo posible para el Reino Unido. Es el mejor acuerdo posible para Europa. El único acuerdo posible», avisó Juncker. «Es imposible reabrir el texto», añadió el presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani, que se pronunciará antes del 29 de marzo de 2019.

Sobre la mesa hay dos textos: el Tratado de salida de Reino Unido de la UE -585 páginas, 186 artículos y 3 protocolos, incluido uno sobre Gibraltar- y una Declaración política sobre las relaciones futuras cuya aprobación ha sido posible tras retirar el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, su amenaza de veto por el estatus del Peñón. El primero, de carácter vinculante y que sirve para poner fin de forma ordenada a cuatro décadas de matrimonio, incluye un período transitorio de 21 meses -ampliable otros 24 meses como máximo- y garantías de que no habrá frontera visible entre Irlanda e Irlanda del norte.

El segundo es una declaración política de 26 páginas que define los elementos en los que se basará la futura relación. «Tenemos un proceso de ratificación difícil por delante así como más negociaciones, pero independientemente de cómo terminen una cosa está clara: seguiremos siendo amigos hasta el final de los días y uno más», proclamó Tusk. Para el presidente francés, Emmanuel Macron, que celebró las garantías adicionales para sus pescadores, la salida de Reino Unido demuestra «la fragilidad de Europa» y la necesidad de «una refundación».