El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dado luz verde a los eurodiputados socialistas para votar contra la nueva Comisión Europea de José Manuel Durao Barroso el 27 de octubre si se empeña en mantener al ultraconservador italiano Rocco Buttiglione como comisario de Justicia, Libertad y Seguridad, según confirmó ayer a este diario el portavoz del presidente de la delegación socialista española en el Parlamento Europeo.

Enrique Barón, líder de la delegación socialista en la Eurocámara, habló esta semana con Zapatero sobre la crítica situación creada y éste dio a la delegación libertad para votar como creyera oportuno, según el citado portavoz.

Esto contradice la información ofrecida ayer por el rotativo Financial Times, que aseguraba que Zapatero pediría a los eurodiputados socialistas españoles --al igual que Tony Blair pediría a los británicos y Gerhard Schröder a los alemanes-- que votaran a favor de la Comisión de Barroso.

Barón considera que un voto de respaldo al nuevo Ejecutivo comunitario con Buttiglione como comisario de Justicia, Libertad y Seguridad estaría en contradicción flagrante con la política del Gobierno socialista español.

La mayoría de la Eurocámara aún confía en que Barroso recapacite y reajuste la composición de la nueva Comisión Europea para evitar el rechazo de todo su equipo. Los grupos parlamentarios se reunirán el lunes para decidir su voto definitivo sobre el nuevo Ejecutivo comunitario. Barroso se dirigirá al pleno del Europarlamento el martes, lo que será su última oportunidad para anunciar posibles cambios.

DICTAMEN La votación clave se celebrará el miércoles. Si se mantiene la oposición de socialistas, liberales, verdes, izquierda europea y euroescépticos, la Comisión de Barroso será rechazada. Ante esta eventualidad sin precedentes, pero cada vez más probable, la Eurocámara ha encargado a los servicios jurídicos la elaboración de un dictamen sobre el procedimiento a seguir.

En principio, los gobiernos de los 25 deberían confirmar o cambiar a sus comisarios, Barroso tendría que efectuar un nuevo reparto de carteras y los comisarios deberían someterse a un nuevo examen parlamentario, previo a una nueva votación de la Eurocámara. Durante ese tiempo, la actual Comisión de Romano Prodi seguiría en funciones.