El currículum de este ingeniero ocupa 20 páginas de libro, y a sus 88 años continúa madurando proyectos como el que presenta en su último libro, editado por Amazon, sobre el aprovechamiento de los ríos como vías fluviales.

—Como fundador de Idom Aragón habrá desarrollado obras importantes en la comunidad y fuera de ella.

—Empecé trabajando en Escoriaza y realicé el proyecto de la nueva fábrica. Y bueno, sí, he tenido muchos clientes porque he vivido de esto. También intervine en traer la Escuela de Ingenieros a Zaragoza y en elegir su lugar en el campus Río Ebro. Y estuve implicado en traer a Zaragoza la Ford, pero aquello, que es un historia curiosa de contar, acabó con que fue la General Motors la que vino.

—Su libro habla de vías fluviales, pero exactamente qué son.

—Una vía fluvial es, según la traducción de inland waterway, un camino por el agua, aprovechando que se necesita 25 veces menos potencia que por tierra. Con la revolución industrial se construyeron unos canales para transportar la producción. Y hoy en día se siguen construyendo en todo el mundo.

—¿En qué consistiría su propuesta de la vía fluvial de Aragón?

—Tendríamos un primer tramo de Tudela a Alagón, aprovechando el canal de Aragón y ampliándolo. Se produce entonces un salto de agua en Alagón, a través del río Jalón, que se salvaría con una esclusa. El segundo tramo iría de Alagón hasta pasado Zaragoza, dragando el Ebro para darle superficie. Para el tercer tramo propongo levantar un canal de Zaragoza a Escatrón pero por Híjar, y allí cojo el río Martín y aprovecho su salto de agua. Con esclusas y una presa que mantiene siempre lleno el canal pasaríamos al cuarto tramo, el del mar de Aragón, que ya está hecho. Esta vía supondría una unidad vital para Aragón y se ofertaría internacionalmente como hacen otros, como Portugal, que recibe un millón de turistas fluviales.

—¿Y cuánto costaría?

—La inversión se amortizaría en menos de diez años, con un beneficio anual del más del 30%. Yo sé que las eléctricas hasta lo pagarían a cambio de unos años de producción. ¡Pero es que Europa da hasta el 50% a fondo perdido! El estudio fue finalista en un concurso de ideas de aprovechamiento del agua de la ONU.

—¿Por qué no se aprueba su proyecto?

—Porque nadie lo pide. Yo solo doy la idea y alguien tendría que elaborar el proyecto. Todos lo gobiernos de Europa y el resto del mundo lo hacen, pero España no. No costaría un duro oficial y traería muchos puestos de trabajo. Estoy convencido de que se hará en 30 años.

—¿No será por el impacto ambiental?

—Este proyecto está a favor del medio ambiente, porque los canales estarían siempre llenos, regulas las inundaciones y creas centrales hidroeléctricas.

—Esta vía de Aragón la amplía después con otras posibles vías fluviales.

—Mi idea es local, pero por supuesto que desde Mequinenza se puede ampliar con lo que llamo un canal de costa en el Levante y con toda la red fluvial de Europa a través de Cataluña. El canal de costa tendría capacidad para 1.000 hectómetros cúbicos anuales y proporcionaría agua al Levante desde el norte de Europa y los días de primavera también del Ebro, ya que el resto del año ese agua la necesita el río como caudal mínimo.