- Todo un curso hablando en latín o griego antiguo... ¿qué tal ha sido esta experiencia?

- Ha sido, por así decirlo iluminadora y, si lo miras desde fuera, bastante curiosa. Ha sido una muy bonita experiencia todo lo que he hecho, muy enriquecedora.

- No debió de ser sencillo al principio defenderse solo en estos dos idiomas..

- No, pero los profesores entendían que nuestras capacidades para entender el latín no estaban muy pulidas. Así que, con bastante paciencia y entendimiento, nos han ayudado bastante.

- ¿Se les da el peso que merecen en los planes de estudio?

- A mi entender, el principal problema es cómo se han enfocado las lenguas clásicas. Siempre se ha hecho hacia el examen de selectividad, no nos han enseñado nunca a entender la lengua, a aceptarla. Simplemente, nos las han dado como una curiosidad y no como una materia de estudio, por así decirlo.

- ¿Y aprenderlas a fondo ayudan a comprender el mismo castellano?

- Sí, y no solo el castellano. La academia no solo se centra en el estudio de las lenguas clásicas como fin, sino también como medio para entender a los autores antiguos, saber bien lo que querían decir. Si no puedes llegar a entender lo que significa una palabra en griego, igual no vas a comprender del todo lo que quería decir el autor.

- El presente, ¿también?

- Sí, es muy curioso que en casi 3.000 años de historia del pensamiento político, ético… realmente no hemos cambiado tanto. Seguimos teniendo las mismas preocupaciones que tenían por ejemplo los romanos hace miles de años. Algunas veces, yo veo los mismos problemas, incluso con los mismos planteamientos. Tenemos que mirar hacia atrás porque cuando conoces de dónde vienes, sabes a dónde vas. Pero me parece que ya hemos empezado a perder un poco ese sentido.

- ¿Nos acercamos a la decadencia de Roma?

- Más que a la decadencia, como estamos muy centrados en el mundo actual, la idea de escuchar a nuestros mayores o a lo que dijeron algunos antes nos parece totalmente arcaico y sin sentido.

- Por cierto, entre el latín y el griego, ¿tiene alguna preferencia?

- Latín. No es tanto por preferencia. Me siento más cómodo hablando latín. Los filólogos del latín dicen que les resulta fácil porque es una lengua con sentido, es más recta, más lógica, pero el griego para expresarse de manera artística es sin duda una lengua que tiene muchísimos más colores.

- ¿Qué recomendaría a quien quisiera pasar por esta academia?

- Paciencia para el estudio, fortaleza y que se espere lo inesperable. Aprender una lengua clásica, que en España se da un poco por encima, realmente puede frustrar muchísimo. Hay que ir poco a poco. Y fortaleza, porque las clases tienen horario de mañana y de tarde, de lunes a sábado. El nivel de exigencia es grande pero me parece que se compensa muchísimo con la preparación y cómo se vuelcan con los alumnos. Se involucran muchísimo.