Hace diez años, Daniel Viñuales y Sara Perales dibujaron su propio sueño. GP Ediciones era pasión por el cómic y por el talento aragonés. Ayer inaguraron en Los Porches del Audiorama de Zaragoza su exposición conmemorativa.

-¡Ayer inauguraron su exposición de décimo aniversario!

-¡Fíjate! Y eso que nos lanzamos al mundo en plena crisis. Ha sido mucho trabajo pero ahora miras atrás y te parece que no lo has hecho tan mal (risas)... Con motivo del aniversario, hemos intentado recuperar muchos de nuestros cómics y hemos rescatado la página que más nos gusta de cada uno de ellos.

-¿Cómo ha sido la selección?

-¡Difícil! Quedarte con una página es dificilísimo. Sara y yo llevamos las riendas pero aquí opinamos todos. Hasta nuestro hijo ha participado en la selección.

-Claro, su editorial es también una empresa familiar. ¿Cómo comenzó esta aventura?

-Nosotros teníamos una pequeñísima empresa de publicidad en la que íbamos proponiendo diferentes productos y siempre metíamos cómic como referencia. Empezamos a hacer una revista para los partidos del Zaragoza, que se llamaba Zaracómic. Y, posteriormente, nació Territorio Naranja, para los partidos del Balonmano Aragón. Yo, además, he sido dibujante de cómic y, al final, me dejé llevar por mi pasión. Fue un proceso bastante natural.

-Siempre han presumido de defender el talento aragonés en sus páginas.

-Aunque ahora ya hemos publicado incluso algún autor argentino, es verdad que llevamos a gala promover el talento aragonés y las historias de aquí. Y nos ha ido bien. La saga de El último aragonés vivo se vendió en toda España, igual que el cómic de Labordeta, Tierra Negra... La clave es que las historias sean buenas. Y nunca hemos tenido complejos a la hora de lanzarnos con Aragón por bandera.

-En este tiempo ha habido de todo... Publicaciones arriesgadas, nuevos autores y hasta propuestas infantiles, que ahondan en la historia de Aragón.

-Por ejemplo, Los Amanticos de Teruel, una propuesta de Dani Foronda que era impresionante. Y, para el año que viene, queremos sacar un cómic infantil sobre los Tiritireros de Binéfar, contando aventuras. Somos muy eclécticos.

-Y también hay proyectos muy comprometidos, como ‘La bondad y la ira’, sobre las últimas horas de Ramón Acín.

Eso fue idea de Juan Pérez, amigo mío de toda la vida. Hay que reivindicar a esta serie de personajes a través del cómic, porque los tenemos muy olvidados. De hecho, también de la mano de Juan vamos a hacer el año que viene algo sobre Paco Ponzán, otro héroe aragonés olvidado, reconocido en muchos países y que aquí no tiene un triste callejón.

-Han publicado también en aragonés.

-Publicamos Zilia Quebrantahuesos, de Laura Rubio, porque pensamos que teníamos que apoyar todo el trabajo que en ese momento estaba haciendo José Ignacio López Susín, director general de Política Linguística del Gobierno de Aragón. La gente está haciendo cosas muy buenas y nosotros debemos apoyarlas.

-Por cierto, ¿sigue dibujando?

-Últimamemnte me estoy inclinando por los guiones. Tengo un par de proyectos en marcha. Si yo te contara...