Gloria Cuenca Bescós es Premio Príncipe de Asturias. Nos atiende desde Atapuerca, donde todos los 'julios' desde 1991 investiga su microfauna. Medalla de las Cortes de Aragón 2018, es la primera catedrática de Paleontología de la Universidad de Zaragoza.

—¿Qué está investigando exactamente en Atapuerca?

—Estamos lavando sedimentos en el río para recuperar los microfósiles, es decir, la microfauna de Atapuerca. En un ecosistema viven seres humanos, plantas, animales grandes y pequeños. Y los fósiles de esa microfauna o microvertebrados tienen que ser recuperados por el sistema del lavado-tamizado de sedimentos, aunque en Atapuerca hemos instalado un equipo industrial porque lavamos una tonelada de sedimentos al día.

—¡Una tonelada! ¿Cuántas personas trabajan en ello?

—En el río estamos 18 personas. En total, en Atapuerca estamos 150 investigadores repartidos por los 10 yacimientos que se excavan, más el río.

—Como equipo de Atapuerca recibió en 1997 el Príncipe de Asturias. ¿Qué significa este yacimiento para usted?

—Una fuente de sorpresas. Los fósiles están aquí tan bien conservados, son tan numerosos y bonitos que se pueden realizar desde trabajos de clasificación a estadísticas de poblaciones y análisis de ecosistemas... La verdad es que se puede hacer de todo.

—¿Cuál ha sido el último descubrimiento paleontológico en el que ha participado?

—Este año está siendo tranquilo. Pero el pasado participamos en el descubrimiento de un resto humano en la galería de las estatuas. Y en el 2017, al final de la campaña, salió también un fragmento de cráneo humano.

—Y, ¿cuál es la importancia de los fósiles de microvertebrados dentro del proyecto de Atapuerca?

—Nos sirven para datar los yacimientos, lo que se llama la edad bioestratigráfica. Y para poner parte del paisaje de los hombres que vivieron allí y contribuir así a la reconstrucción ambiental de los humanos de Atapuerca.

—¿De qué microvertebrados habla?

—Los más comunes son los topillos, marmotas, ardillas, musarañas, murciélagos, conejos y liebres.

—De Aragón, ¿qué destacaría?

—Que tiene un potencial de yacimientos del Cuaternario fantástico en los Pirineos. Hemos empezado a rascar un poquito y hemos empezado a encontrar alguna cosilla.

—¿Qué intuye que se podría hallar?

—De momento animales, porque no hemos dado con yacimientos de restos humanos, que vivían en unas condiciones que ahora nos parecerían imposibles, en alta montaña y a más de 2.000 metros de altura. Pensamos por ello que hubo épocas en las que los Pirineos tuvieron condiciones ambientales más cálidas y boscosas que ahora.

—Como paleontóloga, ¿con qué sueña?

—Me gustaría encontrar en Aragón un yacimiento con una buena geología y buenos fósiles. Estaría muy bien que fuera uno de los del Pirineo. También sueño con un laboratorio elevado, con buenas vistas, que tenga todo el equipamiento que me hace falta y con la gente que trabaja conmigo ya estabilizada.