Comisario de la exposición ‘Construyendo la tabla periódica’, que el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza expone hasta el 18 de enero coincidiendo con el 150 aniversario de su publicación por parte de Dimitri Mendeleyev.

—Empecemos por el principio, ¿qué es y para qué sirve la tabla periódica?

—Es un sistema que ha permitido organizar los elementos químicos, descubrir los que faltaban y no se conocían, y predecir sus propiedades, de modo que ha sido más fácil localizarlos. Hoy nos permite saber que esas propiedades están en relación con la estructura atómica.

—¿Cómo se construyó?

—A base de observar que dichas propiedades se repetían de vez en cuando. Lo importante de la tabla es que establece una regla periódica de los elementos que permite predecir sus propiedades y comprender por qué es así. Este año celebramos los 150 años desde que Dimitri Mendeleyev la publicara. Aunque hubo quien publicó algo parecido, solo él pensó que aquello era una ley básica de la naturaleza. Defendió su idea y acertó.

—¿Por qué tenemos que estudiarla?

—Porque es la organización de los ladrillos que construyen el universo. Si mira en un bolso habrá quizás 50 o 60 elementos químicos. ¿Le suena el indio?

—Pues la verdad…

—Es el elemento, junto al estaño, que permite que la pantalla táctil del móvil funcione. Y si no le engañan con los billetes de euro es por el tulio, los hilitos de colores que le dan autenticidad.

—Bill Gates tiene una tabla completa que ocupa una pared de su oficina.

—No puede, porque algunos elementos, una vez se han fabricado, se desintegran en milésimas de segundo. Por lo menos le faltarán todos los de la fila de abajo.

—Pero se venden en internet unas tablas completas de bolsillo de metacrilato...

—Tampoco. Le faltarían prácticamente todos los elementos radiactivos, excepto el torio y el uranio. Y los gases los puede tener, pero no se ven.

—¿Cuáles han sido los últimos elementos descubiertos?

—Naturales creo que el hafnio, en 1920. Y el último artificial fue aprobado el año pasado. El oganesón, el número 118. Pero no existe ni un solo átomo porque conforme se van fabricando se van desintegrando.

—¿Para qué vale un elemento así?

—Valer, valer, no vale para nada salvo para entender cómo funciona la materia… que tiene cierto interés.

—Estamos hablando de Química, ¿no?

—En los últimos años, de Física. Porque fabricar elementos, es decir, coger un átomo y lanzarle otro núcleo atómico para que se unan es Física.

—¿Qué podemos ver en su exposición?

—Una tabla periódica gigante de cubos giratorios con información variada; libros que trazaron el descubrimiento; la primera publicación en España de la tabla; la primera de aspecto moderno, y toda una exposición real de los elementos por orden histórico, con piezas y objetos fabricados con ellos, desde la Prehistoria -cobre, oro y plata- a los elementos fabricados que se ven en fotografías de quienes los han creado. También se ha editado un libro precioso sobre la exposición que me hubiera gustado hacer.