Peter Lozano habla de realidad virtual y de "fantasía". Término que cita para soñar en proyectos como Imascono. Hace ocho años creó con Héctor Paz esta 'start up' aragonesa, que hoy se codea con los grandes. Es el presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE).

-Representa usted un nuevo modelo de empresario. ¿Es consciente?

-Siempre utilizo el término de fantasía para definir mi filosofía. Somos una cultura completamente diferente, la tecnología ha evolucionado súper rápido, y en consecuencia, ha evolucionado la sociedad. Antes, parece que la seriedad se tenía que transmitir a través de códigos como la vestimenta o el carácter. Pero lo que a uno le representa es su trabajo y cómo lo hace. Es verdad que el sector empresarial siempre ha tenido cosas un poco carcas, pero a mí me gusta cambiar las cosas. Los nuevos empresarios somos más solidarios entre nosotros y tenemos una ética muy sostenible... AJE es prueba de ello. Y creo que habría que hacer un plan estratégico para fomentar este tipo de empresas que están cambiando el mundo. Se lo hemos dicho en los grupos políticos.

-Esto aún choca en una cultura como la nuestra, tan presencialista y en la que un contrato indefinido parece oro.

-El gen emprendedor va en el ADN. Iba en el mío y en el de Héctor. Nosotros trabajamos por objetivos y porque creamos la empresa ideal en la que queríamos trabajar. Y la sociedad tiene que entender esto, como lo están haciendo las grandes empresas, que ahora se están relacionando con start ups y nutriéndose de ellas, porque han visto que, de otro modo, se quedan atrás, y que necesitan ese cambio disruptivo que aportamos. Ahora, en el mercado, es más importante la capacidad de adaptarte que la estrategia. Porque, en estos tiempos, la estrategia va cambiando.

-Usted sabe mucho de adaptarse. Iba para futbolista, estaba en la cantera del Zaragoza y tuvo que dejarlo por una lesión.

-Todo va en la actitud. Siempre he sido muy positivo. Ánder Herrera me dio siempre un consejo: «Lábrate un camino paralelo porque el fútbol es muy difícil». En mi caso, mi otra pasión era mi empresa, así que cuando me lesioné, con 21 años, supe donde reubicar toda esa energía. Pero a mí el fútbol me lo ha dado todo. Gracias a él, aprendí valores como el sacrificio, el trabajo en equipo, el liderazgo o el respeto al compañero que me han servido en mi vida personal y profesional.

-¿Cómo nació Imascono?

-La primera piedra la puse yo en el 2008, cuando en segundo de carrera creé una marca de ropa orientada a ayudar a jóvenes diseñadores. Yo estaba estudiando Arquitectura de Interiores, pero me flipaba todo lo creativo. Y tenía claro que quería apostar por el Made in Spain, y por la economía local, que son tendencias con las que ahora estamos más concienciados. En el 2010, cuando quise hacer la página web de estos diseñadores, me pusieron en contacto con Héctor Paz, que había hecho el proyecto de fin de carrera sobre realidad aumentada. De esa conversación, surgió este proyecto. Empezamos aplicando realidad aumentada sobre esas camisetas, que es la razón por la que aún mucha gente nos recuerda. Ese año, nos presentamos al Semillero de ideas de Zaragoza Activa y ¡hasta ahora! Nacimos en plena burbuja del emprendimiento. Pero de los 20 que estábamos en aquella época en Zaragoza Activa solo quedamos tres empresas en pie. El camino ha sido intenso.

-Desde entonces han trabajado para un montón de compañías: Adobe, Adidas, Disney, en el proyecto con Ferrán Adriá...

-Héctor y yo seguimos haciendo de media de 70 a 90 horas de trabajo semanal. No sé si mantendremos este ritmo, pero hemos conseguido proyectos que nos motivan muchísimo. Telefónica fue la primera gran empresa que apostó por nosotros, la que dijo: «Venga, voy a escuchar a estos dos locos». Tendríamos 24 o 25 años y eso nos dio alas para creérnoslo.

-Tienen un proyecto, Chromville, que aplica la realidad aumentada a la educación.

-Con ese proyecto hemos tenido un impacto brutal y nos posicionó a nivel internacional. Esta app resuelve uno de los problemas que tienen los colegios, que es que los niños se aburren. Lo chulo de Chromville es que también convence a quienes piensan que se ha digitalizado demasiado a los niños, porque funciona a través de láminas coloreables, con lo cual los escolares desarrollan habilidades manuales, y también las tecnológicas.

-Cuando empezaron, la realidad aumentada parecería ciencia ficción...

-De hecho, cuando íbamos a ver a los clientes, en el 2012, teníamos que empezar explicándoles qué era una aplicación móvil, porque en aquel momento ni siquiera se utilizaban. De momento, la realidad aumentada se ha introducido a través del márketing, pero tiene muchas aplicaciones. Se está trabajando en sectores como medicina, industria, turismo...

-Como visionario... ¿Qué le diría a su yo de dentro de 10 años?

-(risas) Le diría que recuerde nuestra canción: Viva la vida, de Coldplay.