Jefa de Servicios Sociales de la ONCE en Zaragoza. Es usuaria de perros guía desde hace diez años, un servicio que oferta la Fundación ONCE del perro guía, que cumple 30 años. Osuna, el suyo, le acompaña allá a donde va.

La Fundación ONCE del perro guía cumple 30 años en 2020. ¿En qué trabajan?

Los perros guía son uno de los servicios que presta la ONCE a sus afiliados, de una forma totalmente gratuita y cuyo coste es sufragado, como todos los servicios, por la venta de productos de juego de los agentes vendedores en la calle. El coste de adiestrar un perro guía es muy elevado, entre 30.000 y 40.000 euros desde que comienza el proceso con la selección genética.

¿Cómo se adiestra a un perro guía?

Desde que nacen en la escuela están estimulados y, tras dos meses, cuando ya tienen las vacunas puestas, se van con una familia de acogida durante un año, cuya función es socializarle y enseñarle esa primera relación con el mundo y las órdenes básicas de comportamiento. Una vez pasado ese año vuelven a la escuela, donde un instructor les enseña la parte específica de perro guía: se les pone el arnés, aprenden qué es un obstáculo y cómo evitarlo, cómo se señala un escalón...

Usted es usuaria. Hábleme de su experiencia.

Mira, yo era usuaria de bastón y lo sigo siendo. Pero cuando tuve un perro guía por primera vez fue como pasar de ir en bici a ir montada en un Ferrari. Vuelves a disfrutar del paseo, ya no tienes que ir en tensión por si en tres pasos hay una papelera, o si en dos hay un cruce de peatones. Por ejemplo, al entrar en un bar, algo que puede resultarnos hostil, puedo mandar al perro una orden de buscar sitio en una mesa. Te da muchísima autonomía.

¿Le proporciona mucha información?

Con esto hay mucho mito en la sociedad. El perro no nos lleva: somos un equipo. Y esta relación entre perro guía y usuario se llama la unidad, porque somos indivisibles. El perro hace su parte del trabajo, que es la guía, y nosotros llevamos la carga de la orientación. El perro no puede saber que yo quiero ir a mi casa, por ejemplo.

¿Qué vínculo se establece entre eso que ha llamado ‘la unidad’?

Es muy complicado explicarlo con palabras. En mi caso, no tengo visión nocturna desde los 15 años, y, aunque he salido de noche, siempre lo he hecho acompañada. Si iba sola era con tensión, lo pasaba regular porque no me sentía segura. Y recuerdo que cuando salí con el perro para hacer la primera ruta nocturna se me cayeron dos lagrimones de emoción. No me podía creer que pudiera ir tranquila y sin tensión. Es un vínculo muy bonito, son más que una mascota; pones tu integridad física en las cuatro patas de estos animales todos los días.

Es psicóloga de formación. ¿Cómo entiende esa relación?

Es muy importante que nosotros, como usuarios, entendamos la parte psicológica de nuestro perro: son seres vivos y eso no se nos puede olvidar. No son ordenadores que, con encenderlos, funcionan. Cuando quieres que aprendan algo nuevo, como a buscar una papelera, sabemos que conocen la orden de buscar, lo único que hace falta es enseñarles las asociaciones con los objetos.

¿Cómo se comunican con sus perros?

Nosotros hablamos con ellos, y el perro se comunica a través de sus movimientos. El arnés es rígido, por lo que transmite, con su movimiento, lo que el perro está haciendo. Acaba siendo una relación casi simbiótica. A través de los movimientos del perro notas todo; yo sé hasta cuando tiene frío. H