La costumbre del mondongo, la matacía o el matapuerco --todos esos nombres tiene--, ha pasado de ser una reliquia a ser una tradición recuperada en muchos pueblos. El ejemplar que posiblemente tiene más nombres del reino animal, da lugar asimismo a una de las costumbres populares con más denominaciones. Morata de Jiloca, al igual que otros municipios de la comarca, ha celebrado durante estos días esta tradición, en su caso por segundo año consecutivo.

Numerosos vecinos del municipio, sobre todo mujeres del Aula de Educación de Adultos, se enfudaron la ropa típica: delantales, pañoletas y gorras , para ponerse manos a la obra. Para la limpieza del puerco se roció su piel con agua hirviendo y se utilizaron las antiguas cazoletas. También fue necesario limpiar las patas.

Finalizado este proceso se preparó la carne para sacar chorizos y longanizas, bolas de pan con sangre y las morcillas, que fueron degustadas esa misma tarde por la mayoría de los vecinos. De esta forma se recordó la tradición del matapuerco, que antiguamente se realizaba en muchos hogares. Las rastras de chorizo y de longaniza servirán para realizar otra comida en el Morata de Jiloca, el domingo 5 de noviembre, le toca el turno a Villalengua.