El medio rural y el natural se combinan en la Granja Escuela de Tobed, en la Comarca de Calatayud. El verano se acaba para el casón de la Ribera, como así se conoce, pero atrás quedan tres colonias en los meses estivales, dos en julio y una en agosto. La actividad continuará a lo largo del año con otras visitas, aunque el plato fuerte de este aula de naturaleza se da en las vacaciones veraniegas.

Entre 2.000 y 2.500 niños pasan cada año por el casón, de los que 130 lo hacen en estas fechas. Cada colonia se prolonga durante 12 días llenos de aventuras, anécdotas y curiosidades para niños desde los 6 a los 12 años. Un total de 45 niños en cada visita, 45 formas de vivir la vida rural con los animales y en plena naturaleza, 45 experiencias distintas pero con una misma base: disfrutar aprendiendo. Este es el objetivo de los miembros fundadores de la granja escuela, 11 socios de Codos y Tobed que formaron una sociedad limitada desde la Asociación Cultural Grío para gestionar las actividades del casón. "La idea es crear un proyecto económico y de desarrollo de la zona para dar a conocer los atractivos naturales, artísticos y tradicionales, y fomentar el empleo", expresa María Pilar Ballester, maestra, monitora y una de las responsables de la granja escuela.

Conocer de cerca el medio rural es la clave de este proyecto, por eso, la vida diaria en la Granja escuela está enfocada a dar a conocer los parajes naturales, las fuentes, la Iglesia mudéjar de Tobed del siglo XIV, las tradiciones y los oficios rurales, la huerta y la vida de los animales. Para ello, se realizan talleres, excursiones, acampadas y juegos, que ponen en contacto a los niños con la riqueza de la zona. "Desde aquí se intenta acercar a los niños al medio. Ordeñan las cabras, recogen los huevos, aprenden a diferenciar la alimentación de unos animales y otros, etc.", señala María Pilar. Talleres de orientación, marquetería de aves, cestería, panadería, arcilla, elaboración de jabón y reciclaje son algunas de las propuestas.

Los niños tienen la oportunidad de disfrutar, a la vez que aprenden a respetar el medioambiente y a valorar las costumbres de los pueblos. Los padres confían en que sus hijos aprovechen estas dos semanas y ellos mismos tienen ocasión de conocer Tobed, Codos y otros municipios cercanos el día de los padres. Y para los monitores es un trabajo muy gratificante, ya que "a pesar de que son 24 horas al día pendiente de los niños, los echas de menos cuando se marchan porque te aportan mucho y siempre se aprende de ellos", añade María Pilar.

El casón de la Ribera permanece abierto durante todo el año para dar respuesta a la demanda de muchos colegios y APA´s que quieren disfrutar, entre un día y una semana, de las propuestas de la granja. "A pesar de que en el resto de los meses la actividad ha sido menos fuerte, las plazas para las colonias de verano se han llenado por completo", explica la monitora. Durante los tres turnos, el primero reservado a colegios asiduos como Cristo Rey y Doctor Azúa, y los otros dos para individuales, se ha colgado el cartel de lleno en el casón. Todo un éxito de participación, marcado por el buen ambiente, el interés de los monitores por inculcar unos valores y de los más pequeños por querer saber más y, sobre todo, por dar alegría y vitalidad a un medio rural y natural como es Tobed.

ALICIA BARCA RODRIGO