El pasado 17 de diciembre, poco antes de las diez de la mañana, un camión que cruzaba el casco urbano de Gelsa ocasionó un aparatoso accidente que, afortunadamente, no tuvo graves consecuencias. Unicamente provocó algunos daños leves en una persona, una vecina de la propia localidad, otros de mayor importancia en dos vehículos pertenecientes a la citada vecina y a un profesor del centro escolar del municipio, y la molestia de dejar sin línea telefónica durante todo el día a las fábricas del polígono "La Atalaya".

El suceso se produjo porque el conductor del camión, que acababa de terminar un trabajo en una empresa cercana, se olvidó de bajar la pluma de carga con la que estaba dotado su vehículo, lo que ocasionó que, a la entrada del pueblo, arrancara varios cables eléctricos y telefónicos, y, una vez llegado a las inmediaciones del colegio, se llevara por delante un poste de teléfono, arrojándolo hasta la acera de enfrente, unos 20 metros más allá de su ubicación, golpeando violentamente con él a los dos automóviles siniestrados y, de soslayo, a la persona afectada que se encontraba en ese momento tras la puerta abierta de su vehículo.

Para los testigos del accidente los resultados del mismo no fueron, según sus propias palabras, "nada para lo que podía haber pasado, la misma persona herida, sólo unos instantes antes estaba delante de su automóvil sin que la protegiera la puerta que resultó goleada, además de que hacía unos minutos el lugar donde ocurrió todo estaba lleno de niños, todos los escolares del municipio acudían como cada mañana al colegio, de forma que si el camión llega a pasar en ese momento arrastrando el poste como lo hizo pudo haber ocurrido una desgracia irreparable".

Este percance ha reavivado una antigua reivindicación de los vecinos de Gelsa: la necesidad de construir una vía que rodee el pueblo comunicando las carreteras de Castellón y la N-II, de forma que el casco urbano, atravesado de parte a parte por la actual vía con un trazado bastante tortuoso y estrecho, se libere del enorme volumen de tráfico que hoy soporta.

Y es que no es la primera vez que los habitantes de Gelsa sufren un susto debido a estas circunstancias. Hace unos años hubo un trágico accidente que costó la vida a una persona, más recientemente un camión que transportaba una viga la introdujo en el salón de una vivienda y en muchas ocasiones los vehículos pesados han destrozado balcones o tirado pilotes que delimitan las aceras.

Por todo ello el proyecto de circunvalación del pueblo se ha convertido en una reclamación de primera necesidad. Tal y como señalan los propios vecinos, "queremos hacer un llamamiento a las autoridades e instituciones de nuestra comunidad para resolver este problema, poner fin a este peligro antes de que, por no haber actuado a tiempo, ocurra una desgracia".

G. ABADIA