Cuando el próximo mes de septiembre el colegio Fernando el Católico de Quinto comience el nuevo curso lo hará con la ausencia de una de sus más veteranas profesoras, Dolores Génova Morilla, más conocida por sus alumnos como doña Lola, quien no sólo ha ejercido como maestra en este centro durante 33 años, casi toda su vida profesional, sino que además ha estado los últimos doce al frente de la dirección del centro.

Tres generaciones de niños de Quinto han recibido clases de esta maestra que accedió a su plaza como profesora después de haber ejercido durante siete años en distintas escuelas. "Cuando me incorporé al colegio Fernando el Católico tenía la opción de ejercer en Zaragoza, pero yo escogí este centro para estar más cerca de Sástago", afirma doña Lola haciendo referencia a que su familia residía en esta localidad. "Cuando le dije a mi padre que trabajaría en Quinto él, que conocía el pueblo y sus habitantes me dijo que era un buen sitio con buena gente y que aquí estaría a gusto, y acertó de pleno, en estos años me he sentido perfectamente aceptada e integrada hasta el punto de que, junto con mi marido, he establecido aquí mi residencia".

A lo largo de todos estos años ha trabajado para dar la mejor educación posible a los niños de Quinto, y su esfuerzo es visible en las mejoras que, año tras año ha ido incorporando el centro escolar. Los dos premios nacionales a la calidad de la enseñanza que consiguió en los cursos 98-99 y 99-2000 son una buena muestra de ello. "Este era ya un buen colegio, pero ha progresado con los años, fuimos uno de los primeros centros en ofrecer la enseñanza de dos idiomas, francés e inglés, y recientemente hemos invertido en la creación de una magnífica aula de informática para que, desde los tres años, nuestros alumnos tengan acceso a un ordenador", asegura la directora.

Trabajo en equipo

En el centro también se ha realizado un gran esfuerzo para impartir los más variados talleres, actividades e iniciativas. Doña Lola asegura que "tengo que decir que en todo este proceso la colaboración de los docentes que han pasado por el centro ha sido vital".

Por todo esto, por esta labor, el municipio de Quinto, y muy especialmente sus vecinos, no podían dejar marchar a doña Lola sin ofrecerle un merecido reconocimiento. Por eso, y para sorpresa de la protagonista, se organizó una emotiva ceremonia de despedida en el salón de plenos del ayuntamiento. En el homenaje no faltaron una representación de sus alumnos, muchos amigos, sus compañeros profesores y las principales autoridades locales y comarcales.

Javier Abenia, alcalde de Quinto, explicó como el mismo en sus años infantiles fue alumno de la homenajeada. "Recuerdo a doña Lola como una profesora exigente, recta, comprensiva y también guapa y elegante, pero sobre todo comprometida con su trabajo".

El primer edil también señaló los grandes cambios que el centro escolar ha experimentado en estos años, haciendo una especial referencia a los dos premios a la calidad de la enseñanza conseguidos por el colegio. "Unos premios de categoría nacional que han sido sin duda el fruto de la labor de todo el profesorado, pero cuya "alma mater" y figura decisiva para conseguirlos ha sido su directora", apuntó Abenia.

GLORIA ABADIA